lunes, 6 de febrero de 2012


CARMEN BOULLOSA




Ser el esclavo que perdió su cuerpo



El fuego,
otra vez fuego,
el fuego junto a la lumbre,
en el piso,
subiendo por los sillones,
cruzando las ventanas,
y tras él el fuego,
solamente el fuego.

El fuego otra vez,
¿No lo ven?
¡No lo ven! Es el fuego.
Les parezco una mujer sentada.

Quiero vestirme.
La ropa interior que yo traía puesta, abrió sus tejidos,
los venció el calor,
la blusa abrió sus tejidos,
vencida también,
la falda cedió sus hilos,
ardiendo los dejó caer...

Quiero vestirme.

El fuego. No tengo más que el fuego:
Soy la desnuda, la que no tiene encantos.

Quiero vestirme.

Quemo mis vestidos.
Mil cabellos están vencidos también por el calor,
mis pestañas, mis ojos;
mi saliva, un día intacta,
también te espera rendida, vencida, humillada,
doblada, hincada,
herida como el vapor,
como el vapor aislada,
ahogada en tu espera.

Quiero vestirme.
No hay animal con el que pueda compararme,
desnuda estoy como el ganso o el lirio,
no hay planta con la que pueda compararme,
quemada estoy, quemándome,
impaciente,
interminablemente.

¡Que me ayuden los asnos!
¡Que acudan a mi ayuda
los cerdos o las garzas,
los ruiseñores o las cañas de azúcar!
¡Nada puede ayudarme!
¡Vencida estoy por ti,
por ti fui por mí abandonada!

DINKO PAVLOV



Pincoyas de peceras

A las chicas de Café Haití.

Se necesita señorita cansada
de entregar currículos,
humillada por manoseos
de seudo gerentes y viejos verdes;
agotada de revisar diarios y periódicos
con la ilusión de la pega decente,
espantada por visiones futuristas
en su barrio,
casada con el Lucho o el Jorge,
guagua por año,
chascona y maltratada.
Imprescindible buena presencia:
sonrisa permanente,
pasos cadenciosos y largos,
caderas pendulares,
obligatoria arrogancia de modelo top
y entrega imaginaria
a cada baboso que se atreva
a desnudarla a distancia
con la mirada.
Recibirá sueldo miserable,
a decir del vitalicio,
además del título bastardo:
"chica del café".
Alertas las Paolas, Patys,
Soledades o Jacques,
arranquen a tiempo
de la "pobla".

RENÉE FERRER




Itinerario del deseo



Anoche tuve audiencia con mi cuerpo,
tu fantasma, mis señas personales:
indagué en el desánimo, en el cerco
de mis fiebres. Obsesos arenales
me circundan y crecen hacia adentro.
Me someten sus dunas, a las cuales
rehuyo, añoro, niego, miento, encuentro,
ofrendando el temblor de mis portales.
Sin que medie la luna te poseo
siguiendo de la sangre los puntales.
Dichoso itinerario del deseo
cuando abrevo mi sed en tus panales.
Cuando el alba se apresta a desvestirse
se despiden tus sombras, antes de irse.

MONICA LANERI




Il Fato



Y nuestros ojos
prometen
que nos veremos
de nuevo
con la ocasión
programada
- invitación
de por medio-
y los detalles
previstos
para mirarnos
sin esa cortesía
para que
nos resbale la ropa
y que se acorte
la distancia
para no darnos
cuenta
de que las manos
se enredan
en devaneos
amorosos.
Como tantas
Otras veces...

ALEGRIA AGOSTO





Hacia espacio prohibido



Camino alma hambrienta de caricias
y la sangre se convierte en llamarada
ilusiones en la bruma
deseo del pecado
esperanza de hallarte

Es angustia
este amor todo manantiales de ternura
arrebatos por besar tu ser ajeno
en cómplice refugio

Mi loca impaciencia
suscribe pasos amantes.