domingo, 31 de marzo de 2013

ESPERANZA ORTEGA





En la hora desnuda...



En la hora desnuda
sólo eso
un segundo de luz y paraíso

de aquellos que la amaron
sabe los rostros mudos y su temblor de ala
todos
juntos
abran el cofre y vea ella
esos diamantes escondidos

libres
al fin del cepo las palabras
que mansamente caigan esos copos
de nieve

sin red
en un segundo blanco
sobre el regazo de su mirada cobijados

de par en par
las dos puertas abiertas

sólo
un paso
decir adiós así

que el saco no se cierre
sin librarle a la voz de sus cadenas

tacto
y aire

encuentre allí esa voz
sus zapatos perdidos

al fin cerrado el círculo del mundo

en la hora desnuda
sólo
eso
un segundo de luz
y paraíso


PEDRO GARFIAS





Despedida



Igual que los banqueros echan cuentas,
a veces los poetas las echamos.
De Monterrey me llevo lo que traje:
recuerdos no olvidados de mujeres
hermosas y lejanas,
de hombres de pecho ancho,
dos pares de ojos negros
y algunos nuevos cuadros.

Dejo un pedazo corto de camino
grande, porque el camino
ya se me va acortando.

Total: hechas las cuentas,
veo el saldo:
de Monterrey me voy,
como siempre, ganando.

Quiero que interpretéis
bien este llanto.

CARLOS MURCIANO






Donde el Poeta comparte su lecho por vez primera



Guardo la primavera
bajo mi blanca sábana.
Toco sus manos niñas,
su cintura perfecta,
sus senos como claras
palomas asustándose,
rozo sus hombros tersos,
redondos como frutos
y pronuncio en su boca
mi beso más liviano.

Guardo la primavera:
tengo el amor crecido,
tengo el amor creciendo
como luna en mi cuarto.

Decid, los amadores,
si cuando abril se cuelga
de las acacias vírgenes
hubiera algo más bello
que poseer sus brazos.
Pues yo los tengo ahora
conmigo, floreciéndose,
poblándose de pájaros
pequeños y piantes.
Decid, los amadores...
Mas no digáis, callad.
Callad, que hoy tengo el sueño
ligero y compartido
y no me atrevo ni
a despertar, no vaya
a ser que sólo sea
un sueño tanta dicha.

Afuera queda el mundo,
las estrellas rodando,
y el viento azul y leve
con que Dios se corona.
Pero la primavera
la tengo aquí, conmigo.
Callad. No levantéis
rumor. que yo, por vez
primera, en esta noche
con una rosa duermo.


MIGUEL DE UNAMUNO





Madre, llévame a la cama...



Madre, llévame a la cama.
Madre, llévame a la cama,
que no me tengo de pie.
Ven, hijo, Dios te bendiga
y no te dejes caer.

No te vayas de mi lado,
cántame el cantar aquél.
Me lo cantaba mi madre;
de mocita lo olvidé,
cuando te apreté a mis pechos
contigo lo recordé.

¿Qué dice el cantar, mi madre,
qué dice el cantar aquél?
No dice, hijo mío, reza,
reza palabras de miel;
reza palabras de ensueño
que nada dicen sin él.

¿Estás aquí, madre mía?
porque no te logro ver...
Estoy aquí, con tu sueño;
duerme, hijo mío, con fe.


FABIO MORABITO






Para sentirse vivo



En la naturaleza
todo está de pie:
los árboles,
los pájaros que están
sobre los árboles,
las hojas que se estiran
para limpiarse de las ramas.
Y cada uno piensa que los otros
son el suelo.
Las hojas creen
que toda rama está acostada
y ciega,
los pájaros
que el árbol ya no crece,
que es una especie de ruina,
y el árbol cree
que no hay más árboles,
no cree más que en sí mismo.
Nadie soporta que el sustrato
en que se apoya
tenga una vida propia,
que no esté muerto,
extinto,
que sea ligero.
Para sentirse vivo
hay que pisar una desolación,
algo que ya no tiene nada
que decir.


De "De lunes todo el año"

JOSÉ MARTÍ





XXIV.-


Sé de un pintor atrevido
Que sale a pintar contento
Sobre la tela del viento
Y la espuma del olvido.  

Yo sé de un pintor gigante,
El de divinos colores,
Puesto a pintarle las flores
A una corbeta mercante.  

Yo sé de un pobre pintor
Que mira el agua al pintar,
-El agua ronca del mar,-
Con un entrañable amor.



De “Versos Sencillos”

sábado, 30 de marzo de 2013

ESPERANZA ORTEGA





Cuánto sufre el amor...


¡Cuánto sufre el amor
en los rincones!
hay días que se oculta
igual que un perro enfermo

duerme como
un reptil
sobre el mosaico

aquel murmullo
que nos guiaba cierto
entre la bruma

el mismo amor que se acurruca ahora
desorientado
sobre este desaliño de hojas secas

al que acaricias
su pálido pelaje
para eso
para que no se muera
así de solo

De "Lo que va a ser de ti" 

PEDRO GARFIAS






¿Qué ha sido de tu fuerza…?



¿Qué ha sido de tu fuerza, de tu brío,
un árbol que lamente su estatura,
un río que padezca de tu gloría?

Ahora si te rompieron -Padre Mío-.
Tú que eras de una sola pieza dura
déjame que la junte en la memoria.


De “Sueño”

FABIO MORABITO






Si te revuelca la ola...

                                 A Sandra Suter
                      que se quedó nadando


Si te revuelca la ola
procura que sea joven,
esbelta, ardiente,

te dejará molido el cuerpo
y el corazón más grande;

cuídate de las olas
retóricas y viejas,
de las olas con prisa,

y la peor de todas,
de la ola asesina,

la ola que regresa.


De "Lotes baldíos"

CARLOS MURCIANO





Donde el Poeta habla a la amada
por vez primera de sus dos hijas



Llegaron juntas a la pena mía
como desde tu vientre hasta la cuna.
Te quise mucho en el dolor. Alguna
vez te podré decir lo que sentía.

Llegaron juntas hasta mi alegría
cuando crecía en soledad la luna
y otoño vareaba la aceituna
en los olivos de mi Andalucía.

Hubo una vez en ti tres corazones.
Mas como me los distes, no dispones
más que del mío en sombra y no te vale.

O sí te vale. Mírale la llama.
Bendita sea, Dios, la doble rama
que al tronco del amor más puro sale.


MIGUEL DE UNAMUNO





La oración del ateo



Oye mi ruego Tú, Dios que no existes,
y en tu nada recoge estas mis quejas,
Tú que a los pobres hombres nunca dejas
sin consuelo de engaño. No resistes

a nuestro ruego y nuestro anhelo vistes.
Cuando Tú de mi mente más te alejas,
más recuerdo las plácidas consejas
con que mi alma endulzóme noches tristes.

¡Qué grande eres, mi Dios! Eres tan grande
que no eres sino Idea; es muy angosta
la realidad por mucho que se expande

para abarcarte. Sufro yo a tu costa,
Dios no existente, pues si Tú existieras
existiría yo también de veras.


JOSÉ MARTÍ





XX.-


Mi amor del aire se azora;
Eva es rubia, falsa es Eva:
Viene una nube, y se lleva
Mi amor que gime y que llora.  

Se lleva mi amor que llora
Esa nube que se va:
Eva me ha sido traidora:
¡Eva me consolará!


De "Versos Sencillos"


viernes, 29 de marzo de 2013

PEDRO GARFIAS





Poema del adiós


Se me va Monterrey, si yo me voy.
Si yo me quedo, a lo peor se va.
Mejor me voy con Monterrey a cuestas...
Alguien lo recuperará.

Y toda ella y cerro y silla y hombres,
todos metidos en mi morral,
y todo con más cerros y más hombres
para otros ojos permanecerán.



ESPERANZA ORTEGA






Como una lágrima... 



Como una lágrima
oscura
la noche sobre el día
rodará entre la hierba
tu dolor. 

Como dos frutos tiernos
caídos de sus ramas
así lloran tus ojos

FABIO MORABITO





Ciudad de México



Un día mi padre dijo
nos vamos, y tú eras
la meta: otra lengua,

otros amigos. No:
los amigos de siempre,
la lengua, la que hablo.

Me he revuelto en tus aguas
volcánicas y urbanas
hasta al fin conocerme,

y si al hablar cometo
los errores de todos,
me digo: soy de aquí,
no me ensuciaste en vano.

De "Lotes baldíos"

CARLOS MURCIANO






El Reloj



Esto de no ser más que tiempo espanta.
La solución bajo el costado izquierdo:
un fiel reloj al que jamás me acuerdo
de darle cuerda y, sin embargo, canta.

Canta con un martillo en la garganta,
mas sé que estoy perdido si lo pierdo.
A martillazos vive su recuerdo.
Sin embargo, ni atrasa ni adelanta.

A veces se le olvida hacer ruido.
A veces hace por salir del nido
y si no lo consigue, humano, llora.

A veces suena a Dios. De todos modos
es un reloj y un día, como todos,
se quedará parado en cualquier hora.


MIGUEL DE UNAMUNO





Es una antorcha al aire esta palmera...


Es una antorcha al aire esta palmera,
verde llama que busca al sol desnudo
para beberle sangre; en cada nudo
de su tronco cuajó una primavera.

Sin bretes ni eslabones, altanera
y erguida, pisa el yermo seco y rudo;
para la miel del cielo es un embudo
la copa de sus venas, sin madera.

No se retuerce ni se quiebra al suelo;
no hay sombra en su follaje; es luz cuajada
que en ofrenda de amor se alarga al cielo;

La sangre de un volcán que enamorada
del padre sol se revistió de anhelo
y se ofrece, columna, a su morada.


JOSÉ MARTÍ







XIX.-


Por tus ojos encendidos
Y lo mal puesto de un broche.
Pensé que estuviste anoche
Jugando a juegos prohibidos.  

Te odié por vil y alevosa:
Te odié con odio de muerte:
Náusea me daba de verte
Tan villana y tan hermosa.  

Y por la esquela que vi
Sin saber cómo ni cuándo.
Sé que estuviste llorando
Toda la noche por mí.

De Versos Sencillos

jueves, 28 de marzo de 2013

ALEJANDRO CERDA




Paisaje Zen



Siempre dentro de un paisaje
tendremos la posibilidad de otro paisaje,
ir más allá del límite
donde los ojos
se cierran y se abren a voluntad,
llegar a un punto
en que todo comience hablar,
el agua te diga: soy el agua,
el bonsái te diga: soy algo grande
que crece en ti,
y el silencio te hable


ANA GUILLOT




Yo veo una sombra también…

a Juan José Saer


yo veo una sombra también
un calidoscopio de mí
las tiendas griegas
y helena en la alta torre
el deseo era de ella
y es mío
la bella describe la silueta de paris con su lengua
yo desprendo mis noches a fin de interrogarlas
adelina no puede fornicar
pero sí puede helena
de las dos soy un rostro posible
dos hombres me amaron también
¿la historia se repite o somos solamente arquetipos?
¿qué celebra el que canta?
¿qué descree?
veo una sombra y sé que estuve estando
los sitios se acumulan en mis huesos
¿qué habré de recordar?
¿esclava en galilea o señora?
¿fervorosa creyente o paria?
helena se devora al amado porque quiere el tesoro de ilión
adelina se mece
soy el rostro de ambas
la inocencia sostiene el esqueleto
pero es ambigua esta razón
de ser
sensuales y promiscuas
o vírgenes de cándida pureza inalcanzable
(un coro de mujeres me sujeta a la herencia
me hostiga con sus voces)
yo canto lo que ellas 
las sombras que me dictan
la salvaje manera de decir
helena ha de ser perdonada
adelina muestra su seno mutilado
y devienen las dos 
evanescentes


FABIO MORABITO





Dime tú si no es cierto...
                                                        A Ethel



Dime tú si no es cierto
que el techo de esta casa
es todo de verdad,

que es la verdad más plena
de todo lo construido,
el muro en más reposo,

la redención de tantos
errores y desvíos,
la mano que disculpa,

el anhelado fin
de las hostilidades,
la prueba que buscábamos
desde el primer ladrillo.

De "De lunes todo el año"


CARLOS MURCIANO



Mujer que pasa


Llueve silencio, Pasas. Hace hastío.
Hace sueño esta noche. Pasas. Queda
un retazo de ti. Por ti la seda
del alma se desdora. Llueve frío.

¿Vienes o vas? ¿Retorna tu desvío,
peregrino de azul, por mi vereda?

¿O torna tu dulzura, porque pueda
dormir mi corazón? Pasas. Sonrío.

Digo sonrisa y pienso que es incierta
esta luna que enluna mi desvelo.
Loro quizás. Destrenzo mi tristura.

Hace sed esta noche. Por mi puerta
pasas. Dolor. Bajo lo gris del cielo
cielo y dolor deshojan mi locura.

MIGUEL DE UNAMUNO







Castilla

Tu me levantas, tierra de Castilla
en la rugosa palma de tu mano,
al cielo que te enciende y te refresca,
            al cielo, tu amo.
Tierra nervuda, enjuta, despejada,
madre de corazones y de brazos,
toma el presente en ti viejos colores
            del noble antaño.
Con la pradera cóncava del cielo
lindan en torno tus desnudos campos,
tiene en ti cuna el sol y en ti sepulcro
             y en ti santuario.
Es todo cima tu extensión redonda
y en ti me siento al cielo levantado,
aire de cumbre es el que se respira
             aquí, en tus páramos.
¡Ara gigante, tierra castellana,
a ese tu aire soltaré mis cantos,
si te son dignos bajarán al mundo
             desde lo alto!

JOSÉ MARTÍ





VI –

Si quieren que de este mundo
Lleve una memoria grata,
Llevaré, padre profundo,
Tu cabellera de plata.  

Si quieren, por gran favor,
Que lleve más, llevaré
La copia que hizo el pintor
De la hermana que adoré.   

Si quieren que a la otra vida
Me lleve todo un tesoro,
¡Llevo la trenza escondida
Que guardo en mi caja de oro!

De “Versos Sencillos”

miércoles, 27 de marzo de 2013

KAREN DEVIA







Los Espejos



Allá en lo alto
divisamos los espejos
tratando de atrapar nuestro reflejo

A la vuelta
un par de sombras
nos indican el camino
y sorteamos el viento
que golpea nuestros ojos

El opresor
cae
por
su
propio
peso

Mejor ver media sombra
o medio reflejo
para quién no conoce la locura
no ha sido mago centinela
ni alas
ni eslabón

Tenías hermano
la visión sellada a fuego
los espejos
eran
sólo
una cuestión de fe




EDUARDO CASAR





Domingo



Conozco a una mujer abierta por abajo.
Se le hace agua la boca
entre las piernas.

Me da la espalda pero no se aleja.

Nos volvemos a ver y se derrama.
Revuelve su cabello entre mi frente.

Parece que tuviera siete dedos
en una sola mano.

Sin ella no serviría el domingo.

No flotarían los barcos
en la fronda del agua.

Conozco a una mujer
abierta por abajo.

Ya tendría que comprar
más espejos.



JOSÉ MARTÍ




XI.–


Yo tengo un paje muy fiel
que me cuida y que me gruñe,
y al salir, me limpia y bruñe
mi corona de laurel.
Yo tengo un paje ejemplar
que no come, que no duerme
y que se acurruca a verme
trabajar y sollozar.
Salgo, y el vil se desliza
y en mi bolsillo aparece;
vuelvo, y el terco me ofrece
una taza de ceniza.
Si duermo, al rayar el día
se sienta junto a mi cama;
si escribo, sangre derrama
mi paje en la escribanía.
Mi paje, hombre de respeto,
al andar castañetea:
hiela mi paje, y chispea:
mi paje es un esqueleto.


De “Versos Sencillos”

FABIO MORABITO





Milán


Ya regresé a tu ausencia
de puentes y reflejos,
de amplios espacios libres,

marinos. Vuelvo al aire
amargo de tus plazas,
a tus patios estrechos.

No supiste enseñarme
a perderme, te debo
los frutos más oscuros

de mi alma: el rigor
al que aspiro, el odio
a todo lo que es falso
y mi pudor, mi calma.


De "Lotes baldíos"