domingo, 6 de enero de 2013

VICENTE NEIRA





La Guaja



Ven acá granuja
¿Dónde andas so guaja?
hoy te mondo los huesos a palos.
No llores ni huyas por que no te escapas
yo no sé lo que hacer ya contigo
me tienes mú jarta.
¡A tí ya no te valen palabras,
a tí ya no te valen razones
ni riñas ni encierros ni golpes ni nada!

Te dije al marcharme:
levántate pronto y estira esos huesos
y dobla las mantas y enciende la lumbre
y arrima el puchero y enjuaga las ollas
y barre la casa

Y vengo y me encuentro, ¡grandísimo pillo!
la lumbre sin brasas,
la puchera sin caldo ni prigue,
la vivienda peor que una cuadra,
la burra sin pienso
las pilas sin agua 

¿Segaste la hierba?
¿Trajiste la paja?
¿Regaste los tiestos?
¿Cerniste la harina?
¿Clavaste la estaca?
¿Comió la cordera?
¿Bebió la lechona?
¿Cogiste los huevos?
¿Mudaste la cabra?
hum!

¿Y a tí qué te importa?
¿para que quieres cansarte?
si aquí está la burra que todo te lo jaga 

Te piensas granuja
que al estar tu madre jechita una negra
quemándose el alma
mientras tu me malgastas el tiempo
que dá más que lástima

Jecho un ropa suelta...
hecho un rajamantas...
por esas callejas detrás de los perros
por esos regatos tirando a las ranas
o cogiendo nidos en las zarzamoras

¡Qué así estás de lindo grandísimo guaja!
¿Y ese siete tan guapo en la blusa?
¿Y esos pantalones tan llenos de manchas?
¡hum!
¡que gorra más limpia!
¡que medias tan majas!
¡que pelos tan lindos!
que cuello, que puños, que codos, ¡que mangas!

Yo no sé lo que hacer ya contigo
me tienes muy harta

De sobra conoces que somos solitos...
que ya no tenemos quien nos lo ganaba...
que la vida de toditos los pobres es vida de                lágrimas...
¡pero ni por esas!
a tí que te dejen roncando en la cama
y te pongan la mesa tres veces
y rueden los días y viva la holganza

¡Súbete esos calzones so pillo!
¡átate esos zapatos so randa!
límpiate esos mocos, lávate esa cara
y vete ahora mismo donde no te vea
que me tienes, me tienes muy harta

Te aseguro chiquitín
te aseguro que esto te se acaba
Endende mañana ¡a la cola del burro!
Conmigo a la plaza, conmigo al molino,
conmigo a la jaza
a sudar fatigas, a mojarte el alma,
ya verás las penitas que cuesta...
ya verás con que ahogo se gana este pan
que tan comodamente, ¡a lo bobo!
¡a lo bobo te zampas!
y ahora ¡A la cama!, ¡A la cama! 

La aurora se acerca espléndida, diáfana,
lentamente despliegan las nubes su manto de escarcha,
la madre afanosa se tira del lecho
y sus toscos aperos prepara
que ya espera más ruda que nunca la brega diaria.
Cariñosa y tierna se acerca
hasta el lecho donde el niño
cándido, tranquilo descansa,
un instante contempla amorosa
su faz sonrosada
y después...

Con cariño ferviente
dando un beso en sus labios exclama:
¿Yo turbar este sueño tan dulce?
¡no fuera quien soy ni tuviera entrañas!...
¡juega, brinca y destroza hijo mío!...
¡tu madre lo gana!

FERNANDO VALVERDE




  
Madrugadas XII



Y recorrer al niño
que quiso parecerse
al hombre que no ha sido.

Y cada noche verle
llorar en los rincones.

Y cada noche oírle
decir que lo sabía.

(De Razones para huir de una ciudad con frío)

JEANNETTE CLARIOND





Caricia que dispone


a Santiago


Quiero empaparme de tu lluvia,
que corra sobre mi cuerpo
y se desparrame hasta mojar mis pies desnudos,
lento llegues
hacia donde la hierba canta y se ladea
luz
de tu caricia
que dispone el fruto,
boca arriba espero
el gozo de lluvia que revienta.

(Mujer dando la espalda, 1995)


TANIA GERARD





Acepto la cita



sólo si prometes que
al desnudarme
me quitarás también la memoria.


(Oficio, número 157, octubre de 2000)


JORGE GAITÁN DURAN






Siesta


"Voy por tu cuerpo como por el mundo"
Octavio Paz


Es la siesta feliz entre los árboles,
traspasa el sol las hojas, todo arde,
el tiempo corre entre la luz y el cielo
como un furtivo dios deja las cosas.
El mediodía fluye en tu desnudo
como el soplo de estío por el aire.
En tus senos trepidan los veranos.
Sientes pasar la tierra por tu cuerpo
como cruza una estrella el firmamento.
El mar vuela a lo lejos como un pájaro.
Sobre el polvo invencible en que has dormido
esta sombra ligera marca el peso
de un abrazo solar contra el destino.
Somos dos en lo alto de una vida.
Somos uno en lo alto del instante.
Tu cuerpo es una luna impenetrable
que el esplendor destruye en esta hora.
cuando abro tu carne hiero al tiempo,
cubro con mi aflicción la dinastía,
basta mi voz para borrar los dioses,
me hundo en ti para enfrentar la muerte.
El mediodía es vasto como el mundo.
Canta el cuerpo en la luz, la tierra canta,
danza en el sol de todos los colores,
cada sabor es único en mi lengua.
Soy un súbito amor por cada cosa.
Miro, palpo sin fin, cada sentido
es un espejo breve en la delicia.
Te miro envuelta en un sudor espeso.
Bebemos vino rojo. Las naranjas
dejan su agudo olor entre tus labios.
Son los grandes calores del verano.
El fugitivo sol busca tus plantas,
el mundo huye por el firmamento,
llenamos esta nada con las nubes,
hemos hurtado al ser cada momento,
te desnudé a la par con nuestro duelo.
Sé que voy a morir. Termina el día.

MINERVA MARGARITA VILLARREAL





De madrugada


a José Javier


Entró en tu cuerpo como quien camina solo
por la noche
como quien desciende hacia el escalofrío
hacia el rumor del viento.
Entro en tu cuerpo desde que desabrocho
tu camisa
desde que tu pantalón cae hasta quedar
Sin vida.
Y cuando mis manos y mi lengua te acarician
Cuando tu piel es saboreada mordida ensalivada
Cuando me atragantó con la calidez
de tu dureza
de súbito desesperada y temblorosa
¡Cómo has entrado de entero tú en mi !


("Ensayo", 1 de febrero de 1987)