jueves, 6 de junio de 2013

RENATO SALES HEREDIA





Crece de las paredes



Crece de las paredes
un olor a lluvia, a raíces,
que son aves de siempre
las que vienen;
corren manos por mi piel,
pero es la lluvia,
un mar dentro del mar
que crece,
la tarde.
Pero no es la lluvia, es
que te invento, amor,
amor te crezco.
Segunda noche
en que pierdo el norte.

De: Para que partan los pájaros
Traducción de Felipe Sentelhas



LUZ AMPARO PALACIOS




  
Adiós Marioneta



Me he cansado de ti,
Marioneta de mis locos ensueños.

Quédate ahí,
danzando en la absurda cuerda
de tu vida.
Que otras manos
manejen tus hilos;
¡nunca serán tan diestras
como estas manos mías!

Cuántas veces giramos
tú y yo, en idéntica danza;
cuántas veces fuiste tú
el insulso muñeco de trapo
pero... te amaba.
Otras tantas, fui yo
títere de tus dedos.

Yo... te amaba

¿Qué sucede?

Me he cansado, simplemente,
de la absurda comedia
de los hilos.



ALFONSO FREIRE





Alas en la boca



El ojo que me cuida
Y abandona
Sigue estacionado en el mismo lugar
Con la mirada amplia
Y un par de alas en la boca

Debajo de su tiempo
Envuelve
Y cada viaje
Permite encontrar
Otros besos

JULIO ALFONSO CÁCERES





Inés



Ruta en la noche al sueño no soñado,
arpa en la voz del aire conmovido,
para poder vivir lo no vivido
fue preciso olvidar lo ya olvidado.

Si por todos los viajes he viajado
sin hallar el camino preferido,
he ganado en canción lo que he perdido
al borde de tu vino no libado.

Delgada soledad de llanto y nube,
todo en tu nombre, hasta la ausencia sube
irrevocablemente desalada;

al Norte de tus manos gime el hielo
y el invierno sin lámparas ni cielo
se agranda donde acaba tu mirada.


OCTAVIO PAZ





A través


En su lecho granate
siempre está despierta
y húmeda tu lengua.


BAUDILIO MONTOYA





Soledad


Ya no estás en mi angustia ni te encuentro en mi pena,
no estás en mi reclamo,
ni en el ritmo doliente que establece mi queja,
ni en la voz de mi canto.

No quisiste mi cielo florecido de soles,
ni mis fuentes de linfas transparentes y nuevas,
ni mis mundos sonoros,
ni mi sarta de estrellas.

Hoy ya somos dos naves por distintos caminos,
hoy ya somos dos sombras a través del vacío.

Y no vuelvo los ojos a mirar tu recuerdo
que otro tiempo lejano suavemente ilumina,
en mi duro abandono no me duele tu ausencia,
te arranqué ya del alma cual se arranca una espina.