lunes, 2 de septiembre de 2013

RICARDO PEÑA




Es un cristal tu cuerpo y su hermosura...



Es un cristal tu cuerpo y su hermosura,
en soledad mi alma la enamora.
Cuando más fría está, vibra más pura,
que si la toca el aire se evapora.

Herida en su tristeza el alma vuela
buscando la apariencia de otra fuente.
El silbo de la luz, la luz que anhela
para la oscura noche en que se miente.

Mas torna a tu presencia, mira el oro
que en sándalo transforma tus cabellos;
la gracia de arpa de tu fino lloro,


la púrpura amorosa que se vierte.
Y disuélvese mi alma en mil destellos
sobre la noche de tu dulce muerte.

ALI CHUMACERO




Poema de amorosa raíz



Antes que el viento fuera mar volcado,
que la noche se unciera su vestido de luto
y que estrellas y luna fincaran sobre el cielo
la albura de sus cuerpos.

Antes que luz, que sombra y que montaña
miraran levantarse las almas de sus cúspides;
primero que algo fuera flotando bajo el aire;
tiempo antes que el principio.

Cuando aún no nacía la esperanza
ni vagaban los ángeles en su firme blancura;
cuando el agua no estaba ni en la ciencia de Dios;
antes, antes, muy antes.

Cuando aún no había flores en las sendas
porque las sendas no eran ni las flores estaban;
cuando azul no era el cielo ni rojas las hormigas,
ya éramos tú y yo.

De “Páramo de sueños”


GABRIELA MISTRAL




La lluvia lenta



Esta agua medrosa y triste,
como un niño que padece,
antes de tocar la tierra
desfallece.

Quieto el árbol, quieto el viento,
¡y en el silencio estupendo,
este fino llanto amargo
cayendo!

El cielo es como un inmenso
corazón que se abre, amargo.
No llueve: es un sangrar lento
       y largo.

Dentro del hogar, los hombres
no sienten esta amargura,
este envío de agua triste
            de la altura.

Este largo y fatigante
descender de aguas vencidas,
hacia la Tierra yacente
    y transida.

Llueve…, y como un chacal trágico
la noche acecha en la sierra.
¿Qué va a surgir, en la sombra,
        de la Tierra?

¿Dormiréis, mientras afuera
cae, sufriendo, esta agua inerte,
esta agua letal, hermana
          de la Muerte?


ELVA MACIAS




Dispersión


Forma de sabueso
tiene el origen de las dispersiones.
Quise borrar su huella
y me siguió
en la brecha
en la huida.
Permaneció en el iris de mis ojos
y recorrió mis vetas más exhaustas.


LÊDO IVO





El regreso del caballero



El hombre muerto volverá, montando a caballo,
y respirará el olor de la patria perdida
infiltrado en la nieve que esconde la mañana.
Este portón no separa a los vivos de los que se fueron.
Aun cerrado, estará siempre abierto
para el retorno. Más allá de la muerte, una señal marca
el lugar del litigio. Quien se va siempre vuelve.
Y la savia de la vida avanza entre los muertos.



MARGUERITE YOURCENAR




El lunático



El sol adormecido en las brumas se aleja
Y como un astro muerto yace mi pasión;
La noche a lo largo del muelle se refleja;
Mi viejo corazón es un Rey sin razón.

Cada ser de una rueda es el eje que gira,
Cae, ofrenda y afrenta, en el yunque el dolor;
Los rostros grises son una espuma que tira
La marea del asfalto y la luz sin color.

¿Dónde estamos amor? ¿Sí es verdad que estamos?
La luna se esconde cuando nos acercamos
Al borde de los techos huecos de metal.

Y el ojo blanco por las calles todavía
Envidia el resplandor fijamente glacial
Del astro que murió antes de abrir el día.

Versión de Silvia Barón-Supervielle