sábado, 12 de octubre de 2013

MARWAN




Saldo final



El hotel de La Rue des batailles
el sentimiento de que se podrían hacer mejor las cosas
un final como el de los amantes del circulo polar
la canción del coro de los amores rotos
una pecera con lágrimas
una ruina llamada tú
un derrumbe llamado yo
una factura de la que nadie quiso hacerse cargo
la certeza de que alguna vez
también nos mordió en la boca la felicidad.

Eso es lo que me quedó después de nuestra historia.



OLIVERIO GIRONDO





Ella



Es una intensísima corriente
un relámpago ser de lecho
una dona mórbida ola
un reflujo zumbo de anestesia
una rompiente ente florescente
una voraz contráctil prensil corola entreabierta
y su rocío afrodisíaco
y su carnalesencia
natal
letal
alveolo beodo de violo
es la sed de ella ella y sus vertientes lentas entremuertes que
estrellan y disgregan
aunque Dios sea su vientre
pero también es la crisálida de una inalada larva de la nada
una libélula de médula
una oruga lúbrica desnuda sólo nutrida de frotes
un chupochupo súcubo molusco
que gota a gota agota boca a boca
la mucho mucho gozo
la muy total sofoco
la toda "shock" tras "shock"
la íntegra colapso
es un hermoso síncope con foso
un "cross" de amor pantera al plexo trópico
un "knock out" técnico dichoso
si no un compuesto terrestre de líbido edén infierno
el sedimento aglutinante de un precipitado de labios
el obsesivo residuo de una solución insoluble
un mecanismo radioanímico
un terno bípedo bullente
un "robot" hembra electroerótico con su emisora de delirio
y espasmos lírico-dramáticos
aunque tal vez sea un espejismo
un paradigma
un eromito
una apariencia de la ausencia
una entelequia inexistente
las trenzas náyades de Ofelia
o sólo un trozo ultraporoso de realidad indubitable
una despótica materia
el paraíso hecho carne
una perdiz a la crema


CARLOS LEVY




IV


...vendrá la muerte y tendrá tus ojos
                                                                         C. Pavese


Después
la memoria será una inmensa piedad desparramada en la tarde.

Y alguien
Llenará un hueco del aire con tu nombre.
Después de después
vendrá la muerte y tendrá
también los ojos de la memoria.


ALEJANDRA PIZARNIK





A la espera de la oscuridad



Ese instante que no se olvida
Tan vacío devuelto por las sombras
Tan vacío rechazado por los relojes
Ese pobre instante adoptado por mi ternura
Desnudo desnudo de sangre de alas
Sin ojos para recordar angustias de antaño
Sin labios para recoger el zumo de las violencias
perdidas en el canto de los helados campanarios.

Ampáralo niña ciega de alma
Ponle tus cabellos escarchados por el fuego
Abrázalo pequeña estatua de terror.
Señálale el mundo convulsionado a tus pies
A tus pies donde mueren las golondrinas
Tiritantes de pavor frente al futuro
Dile que los suspiros del mar
Humedecen las únicas palabras
Por las que vale vivir.

Pero ese instante sudoroso de nada
Acurrucado en la cueva del destino
Sin manos para decir nunca
Sin manos para regalar mariposas
A los niños muertos



ALFONSINA STORNI





A una rosa



Grata flor que te destacas
sobre el verde de las hojas,
cual la sangre de una herida,
   roja... roja...

Tú parodias esos labios
purpurinos, que entreabiertos
se dirían de caricias
   do sedientos

han copiado de tus hojas
el color de su bandera
los campeones avanzados
   de la idea.

Y por eso yo te adoro,
bella flor, que de las hojas
sobre el verde, te destacas
   roja... roja...


ALFREDO PALACIO






NO BASTA CONFINAR EL DESALIENTO
a los ángulos de la noche.
Es imprescindible
la claridad y sus riesgos
                                           penetrar el vacío
                                                                          como una marea caliente.
Que la luz y las sombras
descubran otro idioma
                                      sin huecos ni nostalgia.
                                                                                 Algo
                                                                                               más acá del desconcierto. 

De “Filamentos”