La fiesta a que convida tu
sonrisa
El
comienzo es como una sed infinita.
El
corazón llega a todo el cuerpo,
ciega,
la sangre crece y golpea;
la
carne duele allí en su centro.
Hay
un aliento aleteante
y
un espejo que desbordan,
algo
como un sollozo viene de muy adentro.
Impudicia
y esplendor y miedo
sobre
la cama de sábanas destendidas.