lunes, 28 de abril de 2014

RUBÉN SURO



 

Alba escrita en la tarde

 

 

Hablaré más allá de mis palabras.

Llegare más allá de tus oídos.

Si pudiera penetrar en tu alma

a través de tus ojos,

le hubiera ya dicho

que tu imagen fatigó mi fatiga.

 

Y ahora,

cuando tu presencia no es carne

y puedo decir en voces

que tu recuerdo

-que es espíritu-

una tentativa de felicidad;

cuando más me siento

esclavo de tu cariño ignorado,

ignorado de tu cariño, esclavo,

empiezo a darme cuenta

de que este amor naciente,

nutrido con miradas,

dormido con pensamientos albos,

puede edificar destinos

y adelantar futuros.

 

No le temo al gris-tristeza de esta tarde;

tu boca trae el rojo-alegre de los levantes mozos,

tu gesto, la gallardía de las razas caribes.

 

Elegida:

tú puedes eternizar los amaneceres

y hacer sonreír al Dolor;

por eso voy a ti,

tan impalpablemente como tu silencio.

 

Caminante ayer,

¡hoy me siento camino

para recibir la caricia de tu planta!

(1941)

 

 

AÍDA CARTAGENA


 

Víspera del Sueño

 

Tierra se hará silencio,
risa no harán los hombre para que me hagan eterna,
llanto no harán las piedras para que me hagan arena.
Mi sangre se ha herido y se parece al fuego,
abísmate en olvido, sueño alma tu sueño,
la luz es solo sombra,
es víspera del sueño.

Nieve se irá al cielo y vestirá la luna,
se talarán los bosques para que la desnuden.
sabrá a dulzura la raíz de la hierba.
Amor:
los ojos de la luz quemarán sus pestañas;
te soñaré a mi lado,
en víspera del sueño.

Mundos de pies cansados,
descansarán. La sed de los recuerdos
tendrá lluvia de olvido.
Mi lecho se hará muelle sobre los cardos agrios;
soñaré con espigas,
es víspera del sueño.

Bocas querrán hablar
y no tendrán palabras.
Las piedras tendrán lenguas,
la arruga de la arena será tapiz de algas;
los mares serán mármoles;
soñaré en sus costales,
en vísperas del sueño.

El Tiempo
desde el cuerpo del Sol
con temblor de ceniza
ha reído a los hombres.
Cielos, mares, tierras.
Nacer, vivir y morir.
Los astros tienen sueño,
soñaré con los astros:
es víspera del sueño.

 

 

 

DOMINGO MORENO JIMÉNES


 

La niña Pola

 

¿Qué será de la niña Pola,
que estaba en el campo,
que su padre figuraba tonta
y echaba a rodar a los vientos de la alborada su risa loca?...

Crepúsculo y alma,
ingenuidad y gloria;
suspirillos de un pecho que no había tenido pesares nunca,
inquietud de unos ojos que habían rondado por la montaña,
tras el arco-iris que los corpúsculos tornasola...

Sobre blanco rojo,
y sobre rosado, moreno.
Brillo como aquel brillo, yo no he encontrado ni en
                                       el diamante ni en el destello;
castidad parecida,
ni en la albahaca ni en el romero,
ni en la petunia, ni en la magnolia, ni en la paciencia;
(el sol de espaldas o el sol de hinojos junto al cerro...)

—Es muy tranquilo; pero me lleva catorce años.
(¡Oh, si supieras, cuántos abismos, cuántos obstáculos,
salvo en la tarde, salvo en el alba, para tenerte junto a
                                                                mi sueño!)

¿Qué será de la niña Pola,
que estaba en el campo,
que su padre figuraba tonta
y echaba a rodar a los vientos de la alborada su risa loca?...

La sangre aborta, y a las miradas que están en éxtasis
no le es posible seguir el curso ya desarbolado de la
                                                                   égloga!...


(1927)

 

 

 

SOLEDAD ÁLVAREZ


  

Itinerario I

 

La desnudez de la noche estremece la memoria
devora cuerpos
alrededor lo que tuve y no
playas hirvientes        ciudades
muebles      adulterios       libros
Piedras como brasas laceran el alma
¿Hasta cuándo esta duermevela de ausencias?
sobre mi cabeza la noche de fantasmas
una niña quiere ser corista y canta
canciones tristes como lágrima
Salamandra domesticada todas las niñas que fui
toda la luz y la inocencia desnuda
en juego interminable de máscaras
de crímenes de ternura
de condenados adolescentes que han bebido
el filtro del escándalo y del amor
Mi adolescencia mi adolescencia
esta noche su cintura breve su pelo
el encuentro feliz los desencuentros
¿Alguien conoce el naufragio de que esta mujer es capaz?
Sus catástrofes son alegres
disfrazada de hechizos se viste y se desviste
como la corista que no fue y ha descubierto
un territorio nuevo para el suplicio
Este es el tiempo de la fiesta
de los amantes que llegan y se despiden con reverencias
la cabeza entre las piernas
las secretas esperanzas entre las piernas
¡erróneas y ebrias noches las del amor!
aquel saqueo del tiempo aquel tumulto de los sentidos
para llegar a ninguna parte
sino a este desteñido paisaje de nada
Pasan mis muertos y se alejan
no hay piedad para ellos
como no hay absolución para mí
Pero estoy viva
y sin tregua


 

FABIO FIALLO





Rima profana

  

         La blanca niña que adoro
lleva al templo su oración,
y, como un piano sonoro,
suena el piso bajo el oro
de su empinado tacón.
Sugestiva y elegante
toca apenas con su guante,
el agua de bautizar,
y queda el agua fragante
con fragancia de azahar.
Luego, ante el ara se inclina
donde un Cristo de marfil
que el fondo oscuro ilumina,
muestra la gracia divina
de su divino perfil.
Mirándola, así, de hinojos,
siento invencibles antojos
de interrumpir su oración,
y darle un beso en los ojos
que estalle en su corazón.

MANUEL DEL CABRAL


  


 
 

Tal vez no diga nada, ni siquiera del patio.

Todo está en aquel sitio.
Su caída levanta todas mis cualidades,
porque sé que estas cosas
son las que bien me obligan a no desperdiciarme.

Tal vez no hable con nadie sobre este niño muerto.

Yo llegaré a mi casa como todos los días;
me sentaré a la mesa, tomaré mi jengibre,
quizás acaricie el pelo de seda de mi gato,
y tal vez dos palabras conmigo o con mi hermano
sobre la lluvia o sobre la cosecha.

Tal vez no hable con nadie...