martes, 8 de julio de 2014

LUIS PALÉS MATOS


 

El río

 

El río es una melancolía estirada y sofocante.
El río es una irritación de piedras, calcinante.
Está seco, no tiene lágrimas porque el sol quemante
Lo ha mirado con pupila penetrante...

El río está sediento... rememora anhelante,
Cuando espejeó la nieve de un semblante
Y adormeció a un cuerpo fragante...
¡Oh el perfume en su onda voluptuosa y palpitante!

Voló a otras regiones el martinete errante;
Y está marchita en su margen la flor odorante.
El lirio no genuflexiona arrogante...

El río embiste la vista plúmbeo y abrasante;
El río es un pesar petrificado y punzante...
El río es una melancolía estirada y sofocante.

 

 

JOSÉ GAUTIER BENÍTEZ


 

Deber de amar

 

Mientras errante por extraño suelo
me acuerde de mi patria;
mientras el santo amor de la familia
guarde mi alma;
mientras tenga mi mente inspiraciones,
sonidos mi garganta;
mientras la sangre por mis venas corra,
tengo que amarla.

Mientras pueda a los cielos levantarse
tranquila mi mirada;
mientras me dé su aroma delicado
la flor de la esperanza;
mientras tenga de amor gratos ensueños
ilusiones doradas;
mientras tenga vida y sentimiento,
tengo que amarla.

Mientras guarde el santuario de mi pecho
de gratitud la llama;
mientras recuerde de mi dulce niña
el dolor y las lagrimas;
mientras recuerde que mi amor ha sido
su dicha y su desgracia;
mientras haya virtud, lealtad, nobleza,
tengo que amarla.

¡Sean mis sueños de placer y dicha
como sombras livianas;
sea mi pobre corazón un campo
sin verdor ni fragancia;
que no encuentre jamás en mi existencia
auroras de bonanza;
que mi vida sea un largo sufrimiento,
primero que olvidarla!

Que no pruebe jamás la miel del beso
de mi madre adorada;
que nunca aborde mi velera nave
al puerto de mi patria;
que las olas arrojen mi cadáver
sobre ignorada playa,
todo, todo, lo juro! lo prefiero
primero que olvidarla.

 

 

 

JORGE LUIS MORALES


 

Decisión de la luz que insiste

 

Qué luz, como aparato accesible, abarcable por los bordes de la cara.
Es posible girar, pues la luz parece dar vueltas hacia un nexo de luz,
arco peraltado,
y no moverse es el más raudo movimiento hacia la luz
que ensombra lo que se mueve, pues no pudo estar en ello,
en la luz que fue y es ya más luz.

Así las ropas van caldeando el lumínico destello,
tal si en ellas lo inmutable fuera factor de su brillo,
la noche de sus mangas recogidas
como ángeles postrados.

 

 

IRIS MARÍA ZAVALA



 

No sé escribir en versos suaves…

 

No sé escribir en versos suaves,
mi voz es ruda
y su acritud no es nueva.
Mi primera palabra
no fue almíbar
ni azúcar
y hoy
que la vejez nos ronda
no podré ya jamás
decirte otras.

 
De: Escritura desatada

 

 

MARIBEL ORTIZ


 

Efecto mariposa



La mariposa no sabe
que al batir sus alas
produce un tornado
al otro lado de la Tierra,
y también un poema…
 

De: Bondades de Cronos.

 

 

DARITZA RODRÍGUEZ-ARROYO


 

Te conozco...

 

Te conozco totalmente desnudo ante la vida,
totalmente despojado,
de orgullo derrotado
y apariencias desvanecidas.

Yo te conozco en tu mejor y peor día;
te conozco riendo a carcajadas burlonas y crueles,
pero también en tus sonrisas más tiernas.

Te conozco en tu nostalgia de patria lejana,
en la culpa del padre que dejo todo atrás
y en la falsa seguridad de la tierra nueva.

Yo te conozco de llantos de miedo y desesperación,
llantos de vergüenza y frustración,
pero también de tus llantos mas sinceros
como un niño ingenuo e indefenso.

Conozco la vida real que ocultas y callas
y esa otra vida que inventas y regalas.

Te conozco de cuando llegaste de espalda,
de cuando al primer tropiezo te colocas de costado.
Y te conozco hasta de ese frente que nunca has dado
ni siquiera a mí misma que camino a tu lado.

Y porque así de tanto y de todo te conozco,
es que te amo.