jueves, 9 de octubre de 2014

ENRIQUE GONZÁLEZ MARTÍNEZ

 

Catástrofe

 

Ella se niega mientras él insiste;
fogoso el amador, tenaz la bella,
en jiras el jubón de la doncella
la lucha apenas del amor resiste.

Casta no cede; pero mira triste
de aquel retozo la patente huella,
y con falsos lamentos se querella
y de astucia y de brío se reviste.

Por escapar de los robustos brazos,
de un empellón, cual víctima inmolada,
rueda el cántaro al fin hecho pedazos...

Queda atónito él, ella pasmada;
mas pasa el susto y vuelven los abrazos
tras una estrepitosa carcajada...

 

 

VICENTE ALEIXANDRE



Adolescencia

 
 
Vinieras y te fueras dulcemente,
de otro camino
a otro camino. Verte,
y ya otra vez no verte.
Pasar por un puente a otro puente.
-El pie breve,
la luz vencida alegre-.

Muchacho que sería yo mirando
aguas abajo la corriente,
y en el espejo tu pasaje
fluir, desvanecerse.

 

 

JULIO FLÓREZ ROA

 

Abstracción

 

A veces melancólico me hundo
En mi noche de escombros y miserias,
Y caigo en un silencio tan profundo
Que escucho hasta el latir de mis arterias.
Más aún: oigo el paso de la vida
Por la sorda caverna de mi cráneo
Como un rumor de arroyo sin salida,
Como un rumor de río subterráneo.
Entonces presa de pavor y yerto
Como un cadáver, mudo y pensativo,
En mi abstracción a descifrar no acierto
Si es que dormido estoy o estoy despierto,
Si un muerto soy que sueña que está vivo
O un vivo soy que sueña que está muerto.

 

 

 

 

MARCELO DANIEL FERRER



Adiós

 

Salpicados de gotas
Que lloramos por dentro,
Envueltos en silencios,
¡Insaciados de sentimientos!
Nos dijimos adiós.

Cruel esquivo al que la vida nos sometió...
En una absurda mascarada,
Devorábamos al tiempo,
Y el tiempo,
Vengativo,
Nos devoró.

 

 

MEDARDO ÁNGEL SILVA



Voces en la sombra

                               Al espíritu lírico de
                                  Abraham Valdelomar

 

     Está en el bosque, sonrosada,
la luna de la madrugada.

     El negro bosque rememora
lo que miró desde la aurora:

     Se recuerda, temblando, una hoja
del lobo y Caperuza Roja;
del áureo son del olifante
del Rey de barbas de diamante
habla la eufónica espesura
donde claro eco perdura;
cuenta el césped que fuera alfombra
al paso de una leve sombra,
y al ligero trote lascivo
del dios de las patas de chivo...

      De una polífona armonía
se puebla la selva sombría...

     Mas cuando dice una voz: "Ella,
la Diosa, el Ídolo ha pasado"...
pensando en su blancor de estrella
el negro bosque se ha callado...

 

Del "Libro del amor"

 

 

 

MIGUEL DE UNAMUNO Y JUGO

 

Dime qué dices, mar

 

¡Dime qué dices, mar, qué dices, dime!
Pero no me lo digas; tus cantares
Son, con el coro de tus varios mares,
Una voz sola que cantando gime.

Ese mero gemido nos redime
De la letra fatal, y sus pesares,
Bajo el oleaje de nuestros azares,
El secreto secreto nos oprime.

La sinrazón de nuestra suerte abona,
Calla la culpa y danos el castigo;
La vida al que nació no le perdona;

De esta enorme injusticia sé testigo,
Que así mi canto con tu canto entona,
Y no me digas lo que no te digo.