martes, 20 de octubre de 2015

ALBERTO GIRRI




Puertas adentro



Como Blake con el tigre,
en tu gato no atiendes
a uñas, lengua áspera,
poblados pelos largos,
estrías blancas,
c lo que provocas desde confusa
f hermandad, la pretensión
de que en su vigor está el tuyo,
y de acercarle
elusivos discursos, soliloquios
para un no favorable
ni adverso ánimo,
sin cooperar, sin airadamente
estirarse indicando que apenas
cerraste postigos, cortinas,
él ya captó,
tu agitar antipatías, infatuaciones,
prontuarios de la menuda hojarasca
que en la sagacidad animal
pudiera disolverse,
apremio
por alguien que se mantiene
atado a su especie,
alcanzar
el par donde apoyarte, tu correspondiente;
como Blake y el tigre,
Poe y el cuervo,
Basho y la rana,
recluyéndote a pedir
el benjgno, consolador ajuste
de tu aliento, fatigoso golpe, desazón,
y la prescindencia del libre, que no juzga.


MARCELO DANIEL FERRER




Arpegios en sinfonía



Auroras vespertinas
Que preludian osadías.
Brisas celestinas
Componiendo melodías.

El sol cultiva caricias,
Viste la tarde fantasías.
Arpegios en sinfonía,
De dos almas en armonía.

Sostiene el diapasón
La epidermis unida,
Mécese con la sinfonía
Tu cintura y la mía.



RAMÓN VALDEZ



  



Soneto II

Qué se dirán, amor, esas veredas
Que nos vieron pasar juntos del brazo
Qué se dirán, amor, hoy que nos queda
Llevar entre los dos nuestro fracaso.

Qué se dirán, amor, aquellos árboles
Que marcamos con tantos juramentos
Qué se dirán si oyen nuestras voces
Discutiendo llevadas por el viento.

Qué se dirán, amor, esas estrellas
Qué se dirán al ver nuestras querellas
Qué se dirán, ya sé, no dirán nada.

Amores tan deshechos como el nuestro
Se ven tantos, amor, que por supuesto,
Las estrellas ya están acostumbradas.



BLANCA ANDREU



  
Escucha, escúchame, nada de vidrios verdes...



Escucha, escúchame, nada de vidrios verdes o doscientos días
                                                                   de historia, o de libros
abiertos como heridas abiertas, o de lunas de Jonia y cosas así,
sino sólo beber yedra mala, y zarzas, y erizadas anémonas
                                                                               parecidas a flores.

Escucha, dime, siempre fue de este modo,
algo falta y hay que ponerle nombre,
creer en la poesía, y en la intolerancia de la poesía, y decir niña
o decir nube, adelfa,
sufrimiento,
decir desesperada vena sola, cosas así, casi reliquias, casi lejos.

Y no es únicamente por el órgano tiempo que cesa y no cesa,
                                                        por lo crecido, para lo sonriente,
para mi soledad hecha esquina, hecha torre, hecha leve notario,
                                                                           hecha párvula muerta,
sino porque no hay otra forma más violenta de alejarse.


"De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall"



 


LAUREANO ALBÁN



  
Revenar
                             A Justo Jorge Padrón



Después de haber bebido
el trago largo, espeso, de la furia.
Cuando la mano acepta su destino
de empuñadura de los sueños solos.
Y se alcanza la inútil y vidente
beatitud del mar.

Cuando se entiende
la voluntad total de la mañana.
Y la luz agotada
de las lámparas ciegas de la tarde
nos arrastra, deslumbra y precipita
hacia las consecuencias últimas del llanto.
Es preciso vencer,
ganarle la partida al vínculo perenne
del alma con la muerte.
Restañar los clamores
heridos del recuerdo,
sin más propósito
que el de permanecer
ardiendo, ardiendo.


LORENZO OLIVAN



  
Paisaje tras la piedra



Tú levanta la piedra por si acaso,
por más que sea gris, opaca, plana,
y se aferre a un pedazo
limitado de tierra.
Por si acaso, levántala.
                                                Los días
remotos en que el mundo
se te ofrecía igual que una naranja
te enseñaron que a veces hay detrás
un paisaje imprevisto.
Ciudades diminutas en relieve,
laberintos de calles,
casas de extraños seres de tinieblas,
de la lombriz, del grillo, de la araña...
Si hay suerte, en blanco y negro, la película
vertiginosa de algún hormiguero,
siempre la misma y siempre diferente.

Puntos de fuga