miércoles, 2 de diciembre de 2015


MARIO BENEDETTI




107



una campana
tan sólo una campana
se opone al viento


BLANCA CASTELLON



  
Adiós tristeza


  
Quiero que estrenes esta noche
la risa  te regale en tu cumpleaños

-vamos-

suelta el lazo rojo
abre la caja de cristal
con fieltro al fondo

toma la risa y úntala en tu boca

yo sonaré
el manojo de llaves
agitaré el vaso
con monedas
de a centavo

vestiré las líneas de tu mano

enroscaré en mi cuello
tus huellas digitales

será una noche larga
y ancha como el río San Juan

al final como sorpresa
me abriré el corazón

para ahogar
en sangre
tu tristeza.



CARMEN JODRA DAVÓ



  
2. Me pregunto si es cosa de la edad...



Me pregunto si es cosa de la edad
o fruto de una mente depravada;
en uno u otro caso, jamás nada
puede apartarme de mi única idea.

Cada cosa que miro se recrea;
la inocencia del mundo, transformada,
me estremece; la carne delicada
se pudre con extraña enfermedad.

Suena un violín, y yo escucho un gemido;
miro andar a mi gato, y sólo veo
el movimiento firme y repetido;

oigo al viento soplar, y oigo un jadeo.
y un mundo diferente, enfebrecido,
agita con su vista mi deseo.


De "Concupiscencia":



ANA MARÍA MOIX




Baladas del dulce Jim (Fragmentos)



Lo descubrí con la frente apoyada en el escaparate de la pastelería y en los ojos blancos, increíbles, le reconocí: era Dios y estuve a punto de decírselo: Te ves más viejo desde la última vez. Pero me pareció tan triste que hice como si no lo conociera.


*

Un pájaro azul y el horizonte lejos. El mar que regresaba despacio a mis espaldas, sin alcanzarme nunca. Recogeré las flores en la arena como si fuera la primera vez que sueño sobre la playa.


*

Las gaviotas volvieron al mediodía y bajo el sol nos asesinaron con razón: habíamos echado a perder la playa con tantos sueños.


*

Tembló el mar como una golondrina cuando por fin comprendimos que no podíamos hacer otra cosa que vivir. Pero las ciudades estaban lejos y, como si una gran heladería hubiera caído a mis espaldas y me fuera imposible regresar, no puedo decir cuántos días tardé en averiguar que todas las calles desembocan en los muelles y qué triste es tener que abandonar las casas para que las paredes y los libros no nos ven llorar.


*

Ay madre, ya soy como la España; ni chicha ni limoná, loquita del corazón y dura como la caña.




LUIS ALBERTO DE CUENCA




2. Farewell



Entre las ramas de tu cuerpo
no puedo ver el mar,
amor.
Palomas y abedules.
Embarcar de grumete en un barco negrero
con el alba.


De "Elsinore"




CONCHA GARCÍA



  
Amaneciendo en soledad



Sí que es ser de día vestirme
cuando no tengo un sosiego enfrente
ni nada en el costado, chupada
de lástima voy vertiendo el traje
en mis brazos y lo encajo
como un sueño deseando un desnudo
más constante. Más siempre.


1988


De "Ya nada es rito 1988"