miércoles, 23 de diciembre de 2015


MARIO BENEDETTI




111



aquí seguimos
los niños y los viejos
irresponsables



CHARLES BUKOWSKI



  
Oh sí



hay cosas peores que
estar solo
pero a menudo toma décadas
darse cuenta de ello
y más a menudo
cuando esto ocurre
es demasiado tarde
y no hay nada peor
que
un demasiado tarde



CHARLES BAUDELAIRE



  
De Spleen e Ideal


  
55. Cielo neblinoso



Se diría cubierta de vapor tu mirada;
Tu mirar misterioso (¿es azul, gris o verde?)
Alternativamente tierno, cruel, soñador,
Refleja la indolencia y palidez del cielo.

Recuerdas los días blancos, y tibios y velados,
Que a las cautivas almas hacen fundirse en lágrimas,
Cuando, presa de un mal confuso que los tensa,
Los excitados nervios se burlan del dormido.

A veces te asemejas a esos bellos paisajes
Que iluminan los soles de estaciones brumosas...
¡Y cómo resplandeces, oh mojado paisaje
Que atraviesan los rayos entre un cendal de niebla!

¡Oh mujer peligrosa, oh seductores climas!
¿Acabaré adorando vuestras nieves y escarchas,
Y, al cabo, arrancaré del implacable invierno
Placeres más agudos que el hielo y que la espada?
  

De: Las flores del mal
(Versiones de Antonio Martínez Sarrión)



EDUARDO CASAR



  
Estimado



Vivir en una cúpula debe ser muy difícil.
Sobre todo que es curva y tú vives adentro
y de dónde, la verdad, agarrarse.
Afuera andando el aire,
pero tú no lo sientes ¿o lo sientes?,
porque el aire lo siente, también lo siente mucho:
al aire las esferas lo desairan.
A los que viven dentro se les nota
porque engloban la voz y tratan siempre
puras profundidades, casi nunca paredes,
haciendo referencias que no acuden
y partiendo la plaza sin poder repartirla.
Hasta el punto de que con poca edad
llegan a ser lo que quisieron siempre:
los poderosos sabios de la esfera.
Se me ocurre otra cosa: vivir en una cópula vulnera.
Debe ser más difícil por la línea frontera
de las anatomías donde nunca se sabe
si son tuyas o mías.
¿Y entonces ya qué hacemos:
nos vamos por el lado horizontal
o enderezamos a los planteamientos?
O mejor: ¿por qué no le quitamos
la unidad al poema y nos vemos afuera? ~




VICENTE HUIDOBRO



  
Fatiga



Marcho día y noche
como un parque desolado.
Marcho día y noche entre esfinges caídas de mis ojos;
miro el cielo y su hierba que aprende a cantar;
miro el campo herido a grandes gritos,
y el sol en medio del viento.

Acaricio mi sombrero lleno de luz especial;
paso la mano sobre el lomo del viento;
los vientos, que pasan como las semanas;
los vientos y las luces con gestos de fruta y sed de sangre;
las luces, que pasan como los meses;
cuando la noche se apoya sobre las casas,
y el perfume de los claveles gira en torno de su eje.

Tomo asiento, como el canto de los pájaros;
es la fatiga lejana y la neblina;
caigo como el viento sobre la luz.

Caigo sobre mi alma.
He ahí el pájaro de los milagros;
he ahí los tatuajes de mi castillo;
he ahí mis plumas sobre el mar, que grita adiós.

Caigo de mi alma.
Y me rompo en pedazos de alma sobre el invierno;
caigo del viento sobre la luz;
caigo de la paloma sobre el viento.


CARMEN BOULLOSA



  
IX- Claro pétalo que a la flor te asomas...



Claro pétalo que a la flor te asomas,  
costa que hacia la densa selva miras,
filo de acero que sobre el acero pesas,
fiel raíz que al tallo imitas, a la flor,
a los aromas,
sobre ti te vuelves.
Eso, pero también el pétalo terso, gozo de color
y de perfumes,
la costa abierta como ninguna boca,
el acero afilado y tenso,
la raíz sólida, llena de poder y de lumbre,
dadivosa:
así eres tú, amor,
así tú y yo, dos entregas amantes y amorosas.


De: Abierta