"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
miércoles, 9 de marzo de 2016
VICENTE GERBASI
Mi
padre el inmigrante
Los pasos en el polvo, el fuego de la sangre,
el sudor de la frente, la mano sobre el hombro,
el llanto en la memoria,
todo queda cerrado por anillos de sombra.
Con címbalos antiguos el tiempo nos levanta.
Con címbalos, con vino, con ramos de laureles.
Mas en el alma caen acordes penumbrosos.
La pesadumbre cava con pezuñas de lobo.
Escuchad hacia adentro los ecos infinitos,
los cornos del enigma en vuestras lejanías.
En el hierro oxidado hay brillos en que el alma
desesperada cae,
y piedras que han pasado por la mano del hombre,
y arenas solitarias,
y lamentos del agua en cauces penumbrosos.
¡Reclamad, gritando hacia el abismo,
el mirar interior que hacia la muerte avanza!
En nuestras horas yacen reflejos de heliotropos,
manos apasionadas, relámpagos del sueño.
¡Venid a los desiertos y escuchad vuestra voz!
¡Venid a los desiertos y gritad a los cielos!
El corazón es una secreta soledad.
Sólo el amor descansa entre dos manos,
y baja en la simiente con un rumor oscuro,
como torrente negro, como aerolito azul,
con temblor de luciérnagas volando en un espejo,
o con gritos de bestias que se rompen las venas
en las calientes noches de insomnes soledades.
Mas la simiente trae a la visible e invisible muerte.
¡Llamad, llamad, llamad vuestro rostro perdido
a orillas de la gran sombra!
ÁLVARO RODRÍGUEZ TORRES
En El
Mundo Interpretado I
Cuerpo
cierto y sombra equivocada,
la
luz es también la soledad del ojo
y lo
contemplado.
Mas
¿hasta cuándo?
Hasta
que la lluvia descienda a la nube
y la
luna abandone su órbita legendaria.
FRANCISCO HILARIO SAAVEDRA BARRIOS
Regalo
Desde
el cielo remonta, una estrella
tímida
luz que en la aurora nace y muere
se
hace grande y brilla solitaria con la luna
sobre
el páramo de inciertas lejanías
Es
tan solo una luz que despierta el vasto cielo
una
lejana canción de errante, armonía
que
entibia la frialdad de la noche fulgurosa
y mi
alma gozosa baila en su cadencia
Y la
única razón que impera en el momento
es
saber que existe una estrella y este cielo
y la
luna con su rostro melancólico
da
las gracias con un rayo misterioso
No,
no es la estrella ni es este cielo que remonta
no es
la luna, ni la gracia de esta imagen silenciosa
la
que expande el corazón que late y grita
y en
su grito yace el cielo, errante y mágico.
Y la
miro...
y la
tomo..
y se
me ocurre darle nombre
y la
llamo, esperanza que alimenta
la
adorno con luces de mis ojos y la hago bella
y la
sedo empapada de sonrisas
Pero
pienso, y esto no me alcanza...
la
bautizo como a un niño que clama por un nombre
y la
llamo amor de aquel que no quiere más tristeza
y te
la sedo, te regalo la única luz que hay en mi aurora
para
que hagas con ella lo que tu quieras…
LARISSA ORELLANA
Corazón
de agua
Yo
soy la mujer que busca
sus llaves para salir de la injusticia
porque más vale un corazón de agua
y no de cristales molidos.
Así, cuando calle,
mi silencio será transparente.
Y seguiré siendo mar
que llore a veces
cuando se vacíe en mí
el petróleo de la inclemencia.
Pero si me fabrico sueños alcanzables
-sólo entonces- volverán a crecer
flores en la arena
y otra vez haré el amor -con la vida-
mientras mis sombras
se hunden en la luz de los años.
sus llaves para salir de la injusticia
porque más vale un corazón de agua
y no de cristales molidos.
Así, cuando calle,
mi silencio será transparente.
Y seguiré siendo mar
que llore a veces
cuando se vacíe en mí
el petróleo de la inclemencia.
Pero si me fabrico sueños alcanzables
-sólo entonces- volverán a crecer
flores en la arena
y otra vez haré el amor -con la vida-
mientras mis sombras
se hunden en la luz de los años.
ÁLVARO RUIZ FERNÁNDEZ
El
árbol de la soledad crece en un paraje
abandonado de la suerte de la fertilidad.
abandonado de la suerte de la fertilidad.
Al poeta Jonás
Ahí
está el árbol
no lo
toquéis
ahí
está el hombre
con
ramas bajo el sol
y
sombras que lo cruzan
como
una cebra salvaje
que
galopa perdida
hacia
el horizonte de la infamia.
Mentiremos
con los ojos cerrados
y en
la oscuridad diremos
que
en el cielo no había estrellas
ni
hombres ni árboles en la tierra.
ARGENTINA CASANOVA
Octavo
Agosto se inunda de la melancolía
Las hojas del calendario desbordan la tristeza de sus nacidos
ninguno tuvo paz ni conoció la gloria
nadie sabe porqué es la cuna de los desesperados
Llego a ser el octavo por la tormenta de julio
estuvo en el nombre de los inmortales
agosto
fiel a los miserables
el de las tardes lluviosas que enlodan los zapatos
las aguas y la canícula
Se prolonga en las madrugadas hasta las horas del insomnio
agosto tiene la voz del sordo
filo de un cuchillo lleno de herrumbre
corta las horas y las enferma.
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