jueves, 24 de marzo de 2016


LARISSA ORELLANA




I



Murieron
los escarabajos de hielo
que hundían alfileres
en nuestras manos.



De: Primavera blanca.
.

LÊDO IVO





El sueño de los peces



No puedo admitir que los sueños
sean privilegio de las criaturas humanas.
Los peces también sueñan
En el lago pantanoso, entre pestilencias
que aspiran a la densa dignidad de la vida,
sueñan con los ojos abiertos siempre.

Los peces sueñan inmóviles, la bienaventuranza
del agua fétida. No son como los hombres, que se agitan
en sus lechos estropeados. En verdad,
los peces difieren de nosotros, que todavía no aprendemos a soñar.
Y nos debatimos como ahogados en el agua turbia
entre imágenes hediondas y espinas de peces muertos.

Junto al lago que yo mandé cavar,
volviendo la realidad a un incómodo sueño de infancia
pregunto al agua oscura. Las tilapias se ocultan
de mi sospechoso mirar de propietario
y se resisten a enseñarme cómo debo soñar.


Traducción: Carmen Gloria Rodríguez y Vania Torres



LETICIA CARRERA





A millas




Es la distancia curandera de mil angustias.

Deseo del viajero y baile para las piedras.

Todo está en su lugar.

El hogar es canto de montaña.



RENEÉ ACOSTA




Posibilidad



pudo haber sido, pero no fue
las cosas son lo que son

pudiera haber tomado la izquierda
en lugar de la derecha
pero tomó la izquierda donde
la virgen negra le dio dos palomas
un águila y un niño muerto

pudo haber sido lo mejor
viajar a la India o viajar
a las playas de México
o no ir a ninguna parte

pero estar tiene también su propia
reverberación en la telaraña de las cosas

habría sido mejor no comprar esa motocicleta
pudiera entre los altos techos celestes, darse
una mejor combinación de los acontecimientos
la exactitud del mundo y la lectura de sus mutaciones
indescifradas
pudieran… pero no



CARMEN INÉS PERDOMO



  
Cánticos de invierno



Como una gran fogata,
la pradera se avizora 
en un pálpito.

Viene mi nostalgia:
harapos de hojas,
sueño,
            olvido,
                        llanto,
campanadas de horizonte,
                                          trinos,
en la bóveda lluviosa  
de mi melancolía.

Llevas en los párpados
el mensaje de los cánticos.

Como gotas
siento que gimes,
                            huyes.

Mis alas frágiles,
                           tristes,
se sumergen
en un puñado de lágrimas.

Son turbios los rincones del crepúsculo.

Una mentira
sujeta la hoja.



MOISÉS VEGA





A estas alturas
pienso en ti como quien piensa la lluvia
en su brutal tarea
de hinchar los cafetales

pienso en ti y no pienso en tu cuerpo
que ningún crimen hiere
en las veces que creí agitarse
bajo tu seno
la tierra en que crecen los lirios



De: Namasaga