sábado, 30 de abril de 2016


JAIME VELASCO LUJÁN




15



El viento lloró toda la noche.
Al amanecer veo el paisaje:
un azul infinito,
la luna entre ovejas,
las montañas claras,
los tranquilos árboles,
la milpa
y un gato durmiendo sobre un perro.




FANOR TÉLLEZ




Grieta



Tu ombligo es un vértigo que arrastra los pájaros
furiosos de la carne,
un cuenco donde bebo la tibieza oscura de tus dos mitades,
porque allí se empozan tus pensamientos abandonados
y el cabo de sombra que se alarga hasta la noche
del bosque de tu pubis, esa vegetación crespa,
negra y misteriosa que esconde el abismo de tu cuerpo,
donde quiero entrar a estremecerme
y a desfallecer como el ermitaño derribado por el estallido de
sus visiones,
hasta que el ángel de la voz o de la piel tuyas, dándome fuerzas,
enhieste nuevamente mi ardor hacia la hondura de tu vida.



ANDREA COTE



  
Quédate



Y te darás a esta noche,
a su justa verdad.
Te veremos larga
y fluvial,
como si fueras de musgo
o de tierra mojada,
vanidosa muchacha,
altanera con el paisaje
y con la sed
que está en todas las cosas.

Si te quieres quedar
tendrá que ser en nuestra tierra rasgada,
si en ella ves algo
es la herida en que quedó tu mirada,
pero todo está muerto
niña arrojada
a esta tierra ofendida.

La oscuridad que teníamos
la escondimos en el armario de cuando éramos niños,
y ahora sólo te tenemos a ti
que quieres llover sobre la siembra quemada
y que traes la lama y el moho
a este plano escarmentado de luz.


Quédate
y te veremos,
postergada al fin,
unida
al desgarrado paisaje,
no como eres,
sino por nosotros ungida,
santificada
triste.




ROLANDO REVAGLIATTI



  
Raptus



A la suma inicua de mis estructurales
imperfecciones
añado deterioros recientes
y renuncios de cuya cronicidad
bien no sabes

Infórmote
que en mí
definitorio
un raptus ha decidido
decepcionarte

Dejo así que anegue
mi subjetividad
la mezcolanza blanduzca
de materiales abominables
en esta especie de ciénaga.



JUAN RAMÓN ORTIZ GALEANO



  
Llevado por los faros del bosque



¿Qué sonido trae el horizonte,
qué sonido?
arde un tam tam lejano y mío,
se enciende en mi centro un anhelo, un estampido
nocturno que reverbera desde el suelo
y huele a damasco y quebrachales.

¿Qué llamado se deshoja desde el cerro,
qué llamado?
asemeja un alarido inquieto, ingrávido, codiciado,
y en mis oídos un puño de ríos invulnerables
inicia su trote firme y milenario...
palpando, acariciando el curso fértil,
intuyo palmas de ombúes, de ciruelos, de nogales.

¿Qué luces destellan desde la espesura,
qué luces?
en mi retina jadeante fulgura
una constelación de bestias y luciérnagas,
y mientras descifro su código mudo y musical
-esplendoroso, inmemorial- resplandece
la belleza de los búhos (faros del bosque),
así sus ojos: senderos
de barro y luz atravesando el aguacero del olvido,
ya me indican el destino, y ya lo entiendo,
ya lo acepto, ya me muevo,
ya sigo el derrotero...

De: "Patria Sangrante Aldea Enloquecida"


("Llevado por los Faros del Bosque", poema Finalista "Certamen Internacional de Poesía'Literarte' 2010", organizado por Revista Literarte, Declarada de Interés Cultural -Secretaría de Cultura- Presidencia de la Nación Argentina. Directora de Literarte: Graciela Diana Pucci.)


LUNA MIGUEL



  
Noviembre en el Pinar.



En un abismo yo te esperé
Con el abismo yo me enamoré
Pájaro, me despertaste
Pájaro, no sé porqué
Lhasa

Pregúntenle a la ceniza
por su ritmo,

(qué obliga
a caer tan leve

qué empuja
hacia las rodillas).