miércoles, 4 de mayo de 2016


ESDRAS PARRA




¿He tenido razón en todos mis desordenes?



¿He tenido razón en todos mis desórdenes?
no sabría salir del desconcierto
me ato al corcel que arrastra lo imposible
mientras su barca evade las palmeras y los caminos
            de cangrejos

soy el animal lanzado a la aurora
bajo un cielo que arde en purísimas llamas
esas ánforas ya no contienen mi sangre
ese techo sólo corona mi inocencia
y
limpia
mi carrocería marcha sobre ruedas
sobre las flores y las fantasías de este mundo.


CELIA VIÑAS



  



Lorito real,
lorito español,
canta tu amarilla
tonada de sol.

-¡A real! ¡A real!

En mi jaula estoy
comiendo avellanas,
bebiendo sifón.

-Lorito real,
me sé la lección:
dos y dos son cuatro.
Aquí y en Japón.


Almería 1946



ANA MUELA SOPEÑA



  
Sin rumbo




Deambulando sin rumbo por la ciudad dormida
un gato me sorprende entre los coches.

Edificios sin miedo
se alzan en las calles con llovizna.
Los pájaros aliados de visiones
anidan en los árboles,
mientras va transcurriendo sin obstáculos
la vida cotidiana de los sueños.

La nostalgia de un tiempo más amable
se apodera de todo.
Las volutas de humo en los tejados
permiten vislumbrar escenas nítidas.

El instinto de asfalto entre la niebla
se queda respirando en lejanía.

Belleza en el granito de los parques…

Apátrida la luz en su consuelo,
melancolía suave en el exilio.

La lluvia sideral de los orígenes
convierte al ciudadano de la urbe
en cómplice de bruma en el silencio.

Chimeneas que expulsan
los restos de un naufragio entre las sombras.

Transeúntes sin miedo
al infinito
persiguen soledades extinguidas.

Dejamos en la historia al niño en la orfandad
de la noche atrapada por el pánico.



MARIANELA PUEBLA



  
Habitada



Estoy habitada por pájaros y golondrinas
que vienen y van llevando memorias.
Roces de alas vagan mis lugares
produciendo ráfagas celestes que asoman por mis pupilas.

Estoy habitada de nombres conocidos y extraños
que exigen ser nombrados aún en mis sueños.
Pasos de niños me circundan cuando las sombras
se deslizan furtivas bajo mi puerta
dejan sus huellas, profunda caricia de nostalgias.

Estoy habitada me lo dice el silencio interrumpido,
cada anochecer voces del pasado se lamentan
y caminan mis emociones con pesadumbre.
Gaviotas hacen su hogar y rumorean tertulias en mis oídos
ellas bulliciosamente se apropian de mis alegrías.

Estoy habitada, la casa de mis sentimientos
ha sido tomada cuando dormía, cuando los sueños
invaden mi almohada, ellos penetraron mis paredes,
abrieron las ventanas y ocuparon mis espacios y silencios.
Nadie ha pedido permiso, soy mujer sin dueño,
perdida bajo la palidez de la luna menguante,
y me han tomado por asalto.

Hay pisadas que despiertan mis sueños,
desordenan mi casa, trajinan mis cosas,
abren viejos baúles y sacuden sus memorias
que cubren el presente con su polvo cósmico.
No puedo detener tanto bullicio, tanto ir y venir
mientras yo, impávida, trémula de inquietud
Abro los ojos, despierto a la vida, y los desalojo
hasta llegar la noche.

Ahora les he tomado cariño, no pueden abandonarme
sería un barco sin tripulantes, abrazado por gélidas olas.
Manos de luz me habitan y me dan apoyo
tienden su transparencia y abrazan mis temores y lamentos.
Consciente de sus presencias, estoy habitada.
Sí, soy un aleph, habitado infinitamente por recuerdos.

¿Cómo podría deshacerme de ellos si forman parte de mi existencia?




EMILIO PRADOS




Cantar del dormido en la yerba



La muerte está conmigo;
mas la muerte es jardín
cerrado, espacio, coto,
silencio amurallado
por la piel de mi cuerpo
donde, inmóvil -almendra
viva, virgen,-, mi luz
contempla y da la imagen
redimida del fuego.

Si he de morir, ya es muerte:
la estrella, la avenida,
el silencio, la noche,
el agua y el amor.

Lo dice así la fuente
y el suspiro.
                             También
mi sangre cuando besa.

Si he de morir: mis labios
vencidos de misterio
ya nada buscan: cantan,
pues no ha de ser mi olvido
la tierra ni el silencio...

Y el jazmín no pregunta
desmayado en la sombra :
-¿Adónde irá el lucero
que mi nieve ha perdido?...

Si ha de morir: su aroma
es muerte; su flor muerte,
como la tierra húmeda
del cerrado jardín
de mi alma, es carne
de la muerte, también:
¡Luz! ¡Fúlgida memoria!
¡Eje de un universo
nuevo, que va a nacer
sin niebla, al fin, de olvidos!

Lo dice así la fuente
y el suspiro.
                           También
mi sangre cuando besa.




JAIME LABASTIDA



  
Amanece



Hablo en plurales giros
porque plural o universal me siento.
Y luego reparto mi alegría,
tal vez sin alma,
lo cierto es que sin cuerpo,
pero conmigo adentro.
Es la crisis total de mi sistema.

Desarticulo puertas,
me desgozno,
me desplomo
como una casa del Virreinato,
y te nombro
y te nombro,
y es que quiero desgajar,
morder, día dije,
la naranja cercana de tu vientre.

Amanezco. Amanecemos.
Somos ya multitud
abierta a las preguntas.
  

De: "La feroz alegría" 1965