viernes, 3 de junio de 2016


JAVIER SALVAGO




A media luz



Vivir así: sin angustiosos sueños,
con los deseos justos y contados,

sin prisa por llegar a ningún sitio,
sin esperar de nada demasiado...,

tal vez no sea vivir. Pero es mi vida
(o, al menos, lo que de ella va quedando).


LEÓN FELIPE




Corazón mío



Corazón mío,
¡qué abandonado te encuentro!
Corazón mío,
estás lo mismo que aquellos
palacios deshabitados
y llenos de misteriosos silencios.
Corazón mío,
palacio viejo,
palacio desmantelado,
palacio desierto,
palacio mudo
y lleno de misteriosos silencios...
Ni una golondrina ya
llega a buscar tus aleros
y hacen su cobijo sólo
en tus huecos los murciélagos.




ÓSCAR HAHN




A mi bella enemiga



No seas vanidosa amor mío
porque para serte franco
tu belleza no es del otro mundo
Pero tampocoo es de éste.



JESÚS MUNÁRRIZ




El deseo



Si algo ha marcado el rumbo de mi vida
es, sin duda, el deseo,
esa imposible búsqueda de todo
lo que está más allá
a la que debo cuanto de valioso,
hermoso o placentero
encontré más acá
-¡oh cuerpos memorables, volved a mis sentidos!
Mi obediencia ha tenido cuanto al placer me lleva,
aunque cierta mesura
sabe imponerme la sabiduría
-no echar al fuego toda la madera,
que hay que construir mesas y sillas,
y escaleras.

Un cerdo de la piara de Epicuro
supongo que habré sido,
-cosa que, por supuesto, me parece estupenda,
porque creo que somos
una larga pandilla de implicados
los que hemos preferido el amor al poder,
al robo o a la guerra
a lo largo del tiempo,
y que no lo hemos hecho nada mal, francamente.


De: "Esos tus ojos" 1981


ESTHER GIMÉNEZ




De vuelta a los tejados



De un primer salto
me subiré en el Árbol de la Vida.
Está desnudo ya de primaveras
y no se quejará.

Segundo salto:
en la terraza del segundo piso
un par de truchas jóvenes se quieren
y mueren por amor.

Del tercer salto
directamente al límite del cielo.
Gorriones, despertad bajo las tejas
o no traeréis el alba.

Un cuarto salto...
¡He estado tanto tiempo por el suelo!
Se me olvidó la brisa erizadora
del quince al diecisiete.

El quinto salto.
¿Es Luna mi sonrisa? Me regala
unas pupilas nuevas que destellan
también por la mañana.


ANA CAROLINA QUIÑONEZ SALPIETRO



  
La primera vez y otros eventos



Yo dejaba de ser la hija mayor de mis padres

la primera nieta de los abuelos
la única prima de tu tamaño
cuando dejaba que me toques las costras de la rodilla

En la casa del árbol
dejabas de ser un niño

Te besaba sin enjuagarme los dientes
me tocabas sin lavarte las manos
de coleccionista de insectos

disecados