"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
sábado, 3 de septiembre de 2016
CARLOS APREA
López
Selección
Carga
contra el olvido en cada copa,
bebe
para recordar que bebe,
para
tener un recuerdo cierto,
lo
que dura su brillo en las pupilas.
Nunca es tarde
cuando la desdicha es buena.
Ríe.
Alguna vez trabajó en algo,
alguna
vez gozó en su propia cama. Me dice:
la mujer empuja y el hombre está en llanta.
Amargo,
Epicuro emerge del alcohol.
No
hay bares en el barrio ahora,
se
fueron los valientes Caballeros
de la Botella, maestros de bota
y damajuana.
Se
fueron a otros bordes,
con
caballos y potreros
y la
virginidad perdida
de
las muchachas.
Ellas
consumaron su primer ardor
y se
fueron,
lo
dejaron pagando
su
ración de vino malo.
Ya no
hay códigos de silencioso
brillo
ni cuchillos de temple criollo,
esos
que entran en la carne
y
sacian la sed, mirando escapar
la
sangre ajena, la sangre
de un
traidor por ejemplo.
No hay más bares, me dice,
tetra
en mano, un tigre viejo, esperando
que
le devuelva un gesto
de
complicidad y me vaya,
esperando
que pase el tren,
aquí,
donde no quedan ni las vías.
PATRICIA SEVERIN
Anticipo
Todos estaban allí
hurgando
dentro de mi boca
respuestas que no podía darles
Se empeñaban en
clavar
astillas
No lloraba ya no lloraba
sólo miraba el mundo
como una crema espesa
negra
Ni vestigios de la que fui
ni presencia de la que soy
un sopor de uva
en el cuenco de la frente
Todos estaban allí
hurgaban
yo quería decirles
que lo único mío
eran las esses
las esses de mi nombre que colgaban de mí
pero no iba a conformarlos
Entonces discurrí la manera de partir
dejar la multitud
:essapatricia essesecreto
desatará que es viernes 7 de abril
no importa el año da lo mismo
él piensa que nada
que de él nada nunca más
y es así
cualquier trampa de amor
De: “El universo de la mentira”
MARINA KOHON
Témpano
de un cristal mínimo
podrías ser
si quisieras
pero
sos
luz
mineral
que
eriza la pérdida
y borronea los contornos
de la piedra fundamental
donde me paro
que
toma la medida
del acantilado
para reinventarse en mi ojo
y
reforzar el apego
SUSANA MACCIÓ
Muerte
Vieja
perra
tu
fétido aliento
nos
persigue
desde
el umbral del útero.
Ojos
vacuos.
Mirada
sin luz.
Tu
ceguera
es el
tiempo
que
nos queda de vida.
SANDRA CORNEJO
In
nominis
Hay
un extremo,
un camino medio,
seres diversos,
mínimas indulgencias. Hay más.
un camino medio,
seres diversos,
mínimas indulgencias. Hay más.
Hemos
discutido acerca de nuestras
pertenencias duramente.
Hora tras hora nos hemos encargado
de señalar lo que a cada uno corresponde.
La casa,
como a niños arrojados,
nos observa.
pertenencias duramente.
Hora tras hora nos hemos encargado
de señalar lo que a cada uno corresponde.
La casa,
como a niños arrojados,
nos observa.
Nuestro
perro al sol en la ausencia
me acompaña
hemos macerado su crianza juntos
pero recuerdo que
del Amor
en el extremo
en el camino medio
me acompaña
hemos macerado su crianza juntos
pero recuerdo que
del Amor
en el extremo
en el camino medio
surgió
la Gracia
y el animal creció
y algo
comprendimos.
y el animal creció
y algo
comprendimos.
De: “Partes del mundo”
JENARO TALENS
I
Contemplar
un jardín.
Tras la cancela un vago
rumor de sombra: impune
amanecer, ya casi
luz vencida, y más luces
que se insinúan. Dalias
y moluscos, gaviotas y jazmines
tu plenitud asumen,
tu soledad. Los muros,
encalados, encubren
la noche en pie, su historia.
Ver la nube
lacia, como si el mar
fuese a la tarde un buque
encallado entre labios
de espuma. El mar. ¡Qué dulce
silencio! Inmensidad
sin nombre. En ti concluye
todo, el amor, el tiempo,
el chamariz que cruje
bajo el zarpazo tímido del sol
y ese insomnio de piedra
que ha de fluir y acrece
lo que es dolor, y duele, y se consume.
Tras la cancela un vago
rumor de sombra: impune
amanecer, ya casi
luz vencida, y más luces
que se insinúan. Dalias
y moluscos, gaviotas y jazmines
tu plenitud asumen,
tu soledad. Los muros,
encalados, encubren
la noche en pie, su historia.
Ver la nube
lacia, como si el mar
fuese a la tarde un buque
encallado entre labios
de espuma. El mar. ¡Qué dulce
silencio! Inmensidad
sin nombre. En ti concluye
todo, el amor, el tiempo,
el chamariz que cruje
bajo el zarpazo tímido del sol
y ese insomnio de piedra
que ha de fluir y acrece
lo que es dolor, y duele, y se consume.
II
Contemplar un jardín.
O el mar. Mejor el mar.
Qué importa
la vastedad del cielo
en esta hora
frágil. Qué importaría.
Sientes
la luz herirte y aprisionas
su sonido tenaz.
Si una palabra
hubiera, si una sola
palabra, que bastase.
Como a estas aguas quietas,
para existir, sus olas.
De: "Víspera de la destrucción"
su sonido tenaz.
Si una palabra
hubiera, si una sola
palabra, que bastase.
Como a estas aguas quietas,
para existir, sus olas.
De: "Víspera de la destrucción"
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