lunes, 13 de marzo de 2017

JOSÉ ÁNGEL VALENTE




Estabas desleída en la dulzura...



Estabas desleída en la dulzura
de los secretos jugos de tu cuerpo
y te llevaba el agua
como a una larga cabellera verde
engendrada en los limas
obstinados del fondo.

Era tu forma ese deshacimiento.
Brotar.
                  Fluir.
                               Abandonarse.
Bajaba el aire hasta los límites
perfectos de tu piel.
                                           Blancura.
Y ya oblicuo, el poniente la encendía
para nacer de ti aquella tarde
de qué lugar, qué tiempo, qué memoria.


                                                        (Orillas del Sar)
 


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