domingo, 9 de abril de 2017

MARTA BRAIER





La terraza



Anoche vino el sueño a herir
cuando ya poco sabemos
del agua clara irrenunciable

Subíamos a la terraza
a contemplar el mundo

Hoy ni alcanzo a verte

(los hombrecitos de Magritte
caen con sus paraguas
desde el lluvioso cielo)

un sol despiadado
se pierde entre los árboles

Pero, vamos. Hay que andar la calle
y el empedrado irrita

Anoche vino el sueño a herir
Eso es todo: la sed

apagándose apagándose


De: "Esta es la tierra, corazón"

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