El poema de amor que me pediste
Entre
tus piernas me disfrazo de Asno de Oro
me pongo la invención de todos los trajes nocturnos
para que la mañana me encuentre como una catedral
recién lavada
y por la incómoda estrechez de tus pensamientos
finjo paseos nutritivos por una galería renacentista
En mis conversaciones con amigos
desfilas como cisne nacarado
como nube oficial que sombrea lo acezante de mi
Olimpo
Por ti pueden ponerse en cuatro patas los versitos
suicidarse la Estrella del Sur
por no inquietar la levedad de tu sueño
Déjame verte caminar a lo largo de la noche tlatelolca
acariciar la hierba aplastada por la caballería
Está chato el colmillo que siempre quise clavarte en
el alma
Puedes seguir babeando mis pensamientos y mis actos
mearte en mi boca
tomar o rechazar el mendrugo de vida que nos queda.
me pongo la invención de todos los trajes nocturnos
para que la mañana me encuentre como una catedral
recién lavada
y por la incómoda estrechez de tus pensamientos
finjo paseos nutritivos por una galería renacentista
En mis conversaciones con amigos
desfilas como cisne nacarado
como nube oficial que sombrea lo acezante de mi
Olimpo
Por ti pueden ponerse en cuatro patas los versitos
suicidarse la Estrella del Sur
por no inquietar la levedad de tu sueño
Déjame verte caminar a lo largo de la noche tlatelolca
acariciar la hierba aplastada por la caballería
Está chato el colmillo que siempre quise clavarte en
el alma
Puedes seguir babeando mis pensamientos y mis actos
mearte en mi boca
tomar o rechazar el mendrugo de vida que nos queda.
De: “Bajo llave”
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