viernes, 5 de mayo de 2017

SERGIO BADILLA




Los ojos verdes de mi helénica



La realidad es apariencia y simulacro
disfraz y hechicería
una farsa en la escena del sentido y la razón.
Las tuberías ya no llevan esperma a la vagina
de la Gorgona
sólo piedras y cascajos
para la infecunda matriz que se marchita.
Una catacumba en el espacio de la sombra y la pupila.
Alejandro llora a Hefestión y rapa su cabeza
en una página de Plutarco
mientras un halcón revolotea con maestría y
se inquieta con el anonimato
o con los relinchos de los caballos en una película
de Vajda.
El dominio adyacente es entre el dogma y la patraña
o la nulidad y el absurdo.
Li Po borracho
se ahoga nuevamente en el río Azul
tratando de alcanzar un reflejo de la luna
tal si fuera una doncella desnuda
que irradiaba el resplandor de su cuerpo en el agua.
Una mazmorra en el territorio de la oscuridad y el abandono.
Un paseo en bicicleta por la Vía Dolorosa.
un telescopio de cristal para observar los agujeros negros
de la Vía Láctea.
Los ojos verdes de mi helénica
que un día jueves dejó de amarme.
  



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