Árbol
II
De
tus ramas colgaban
las
estrellas
árbol
adolescente de otros años.
Después
me
fui
no sé
por qué caminos
y vos
te quedaste
allá
en el fondo de la huerta,
contando
los silencios
las
mañanas y las tardes huecas de mis pisadas.
Preguntando
a
todos los vientos nuevos
de mi
voz y mis cabellos.
Preguntando
una y
otra vez
al
viejo viento
de
aquella extraña luz
que
antes venía siempre
a
jugar en tus ramas.
Ellos
te decían:
“Está
lejos…”
Y
fuiste anocheciendo
haciéndote
cariño silencioso de abuelo.
Esta
noche
te
hallé
nuevamente,
lleno
de lucecitas.
Engalanaste
tus ramas
para
esperarme.
Y ya
ves, no ha pasado el tiempo:
Aquí
retornan mis pisadas.
Clavado
en el fondo de la huerta,
mi
amor adolescente
oh
blanco
oh
mío de todas las llegadas
de
todos los regresos.
Lágrima
suspendida entre dos tiempos,
árbol
albaricoque
viejo.
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