miércoles, 19 de julio de 2017

FRANCISCO GONZALEZ DE LEON




Agua de luna



Las tertulias de la tienda de la Hacienda:
tienda de misceláneas y vejeces
de un magro viejecito.
Cuántas veces
pretextando regatear un alcatraz
a ella me asomaba,
por bañarme en la diáfana cisterna
de su genuina paz.

Hacia afuera la plazuela;
el patio hacia el interior;
fragancias a pan maduro y a encurtidos;
gorjeos y silbidos en las jaulas,
y en el huerto las sombras y el frescor.

Almas sencillas y campesinas,
almas desnudas,
sin filosofías ni dudas.

Por las mañanas una ardentía;
los zumbidos de las moscas en la tienda;
en la banqueta la resolana;
y en la capilla de la Hacienda,
la campana
señalando la equidistancia del mediodía.

Crepúsculos pintores por las tardes;
ápices de arbolados verdinegros
asomados de la huerta en los tapiales;
noches de sombras plurales
con la mermada prebenda
de aquellas poligonales
luces de las puertas de la tienda;
y noches de revancha y de fortuna,
con una inundación de luz abierta,
en que era la visión de la desierta
plazuela, una laguna,
colmada por el agua de la luna.


(Revista Coatl)



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