martes, 18 de julio de 2017

SERGIO EDUARDO CRUZ FLORES



 
En Thiais
                                          para Paul Celan



Esta es mi última profecía:
un hombre de sal ascendiendo en el cielo
hacia un nuevo cielo inevitable.

Confío en ella. La sé. La he visto
marcada en el nombre de los árboles,
abrasada en los campos veraniegos.

Confío en ella. Mi profecía
un día dejará de arrullarme
y abriré mis brazos a la tierra prometida,

confío también
en ella. Mañana, si Dios quiere,
me levantaré temprano y echaré agua
a los campos donde mis muertos florecen;
si encuentro una flor blanca
que me recuerde a tus manos, prometo
no cortarla: la juntaré con los olores de la tierra
para guardar su voz entre tus regalos
y te la ofreceré como caricia
para siempre.


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