jueves, 9 de febrero de 2017


JOSÉ LUPIÁÑEZ





Rostro



Cómo se trenza el amor en las tardes,
mientras todo sucede sin vértigo y el sueño
cumple asilo de formas y de imágenes.
Cómo se trenza y cómo no desvía su ser:
el sueño pende. Los labios se han dormido,
la flor cae de su rizo; sueña la frente y cunde.
Mas hacia adentro, pasa el amor,
pasa el amor sin nombres;
el amor, un sonido.

JUAN ANTONIO MASOLIVER




Lloramos para que alguien nos consuele...



Lloramos para que alguien nos consuele
y porque nadie quiere consolarnos.
Y así amamos, y seguimos amando,
y en el pozo del odio se desborda
el odio: lodo, hedor de la muerte
de los días felices, espejismos
de luz en las playas de yerbajos,
cruces de arena, palmeras
en un cielo agrietado y sucio.
Amamos y lloramos. Recordamos
las verjas y el jardín. Las niñas
en el patio del colegio, el vello
en el pantano. Y en sus puertas
podridas esperaba a mi primer
amor. Y así aprendí a llorar
ya buscar un consuelo
en el más desolado desconsuelo.
Las manos que acarician mis mejillas
son mis manos. Me arañan,
me rechazan. Los labios
que me manchan con su sangre
son mis labios. El vientre
en el que gimo compasión
es mi vientre vacío.
Y abrazado a mí mismo
me amo en soledad
pues también el amor
es, como el odio, un vicio
solitario.


De: "Poesía reciente"


JOSE LUIS CANO


  

Sobre unos labio muertos



Ciega, impasible muerte de tu boca.
Está callada, está rota y oscura
aquella su rosada arquitectura
fiel a mis labios cálidos de roca.

La gloria de tu aliento ya no evoca
calientes rosas de esta tierra dura,
sino la sombra y soledad futura
de tus labios de mar. ¡Oh sol, invoca

tu luz más viva, y quema entre esos dientes,
de nieve ya, su lengua, amarantina,
clavel de su garganta delicada!

¡Fulgura en su humedad, y en los ardientes
arenales, de tu onda sibilina
un último sabor a su granada!


JOSÉ ÁNGEL VALENTE




Cerqué, cercaste....



Cerqué, cercaste,
cercamos tu cuerpo, el mío, el tuyo,
como si fueran sólo un solo cuerpo.
Lo cercamos en la noche.

Alzose al alba la voz
del hombre que rezaba.

Tierra ajena y más nuestra, allende, en lo lejano.

Oí la voz.
Bajé sobre tu cuerpo.
Se abrió, almendra.
bajé a lo alto
de ti, subí a lo hondo.

Oí la voz en el nacer
del sol, en el acercamiento
y en la inseparación, en el eje
del día y de la noche,
de ti y de mí.
Quedé, fui tú.
Y tú quedaste
como eres tú, para siempre
encendida.


JENARO TALENS




Navegaciones



I

recuerdo vagamente
que comenzaba el frío del otoño
o quizá se tratase del estremecimiento
de despertar de pronto junto a un cuerpo dormido

recuerdo el gorjeo del mirlo en el jardín
pero ¿cómo recordar si era él quien cantaba?


II

una apacible máscara
niega saber que un labio son cien labios
cuanto el aire corrompe
con indiferencia con obstinación

igualmente real
tu nombre pide un desenlace
un poco de la blancura con que los ojos entreabren
tras la vitrina por azar la lluvia
la luz indecisa goteando sobre un hombre que pasa

hace tiempo y lo sé
tal vez perduren todavía
la forma de mis pasos
un gesto sin memoria por algún lugar


III

¿me reconoces aire
bajo la corteza de las palabras en que fui?
mi voz navega sin vacilaciones
en un paisaje de sonidos

tiempo tú puro espacio
en este mediodía que duerme
el agua dice soy

un exceso de luz
vuelve tu cielo inhabitable.


De: "Otra escena/Profanación(es)"


FRANCISCO CERVANTES




Geografía


A Laura Reinking,
en su aniversario,
este homenaje gatuno.



Quienes nacimos en otro lugar que nuestra patria,
Cualquiera que ésta sea,
Un lunar nos deforma la mirada
Y hay en el alma rasgaduras
Por donde se ven las tierras de donde salimos,
Y no se encontró ser ni acción
Que nos exaltara
Así debilitados,
¿Cómo nombrarle vida a esta nuestra vegetatura?