viernes, 28 de abril de 2017


FRANCISCO VILLAESPESA




La sombra



¡Remansos del crepúsculo! Lejanos
amores de una copla campesina…
De los cielos desciende una divina
paz, sobre el sueño de los verdes llanos.

Vuelven a perfumar los sueños vanos,
y yo no sé qué angustia nos domina,
que se cierran los ojos, y se inclina
la frente, pensativa, entre las manos.

Por el azul magnífico del cielo,
sobre la frente que el dolor abrasa
y en las manos se apoya dolorida,

tiembla la sombra rápida de un vuelo…
-¡Esa sombra, mortal, que rauda pasa,
es la fugaz imagen de tu vida!



YOLANDA PANTIN



  
Canción



Todo lo que me separa de ti
es tristeza

Todo lo que siente
corazón distante
muda pena
es todo cuanto escucho

mío cante

Madre
que estás en aquellos
que he amado

Sombra
cuya sombra mudó
hasta alcanzarte
fría tierra
dó el niño dejó

y fue instante

Cuanto siente
ciega
corazón grave

todo lo que me une a ti
es tristeza



RICARDO COSTA





Mundo terrible la geometría.
Todo lo que resta es un círculo,
una línea volviendo a su origen,
una figura creada para sabernos
sobre un espacio seguro.

Todos contemplamos la redondez
de esa línea, pero festejamos el vacío,
no la línea.

Así nosotros: un punto sobre otro.

Imprudente ciencia, dicen, y alguien
olvida la luz; ama la sombra que borra.

Entonces la geometría estalla.


De: “Teatro teorema”




FELICIANO MEJÍA




La balada de Joe



Fue por la avenida Reed,
frente al cartel de hamburguesas
de la carretera que va para Nevada,
bajo las palmas,
entre las raíces,
que Joe Kirpatrick, el Rengo, dejó,
empapelada en papel manteca,
su metralleta azul.

La guardó como se guarda una joya
o una bolsa de pan:

la dejó con preocupaciones de padre,
la dejó con precauciones de enfermo,
la dejó
para que descansara
luego de la matanza de Bel Air.

Que duerma, que descanse, decíase degustando chop-suey,
ya mañana despertará.
Si, fue por la avenida Reed,
cuando caía el sol,
cuando los carros se hundían en la noche…




DIANA BELLESSI




Corre paradigma de miel…



Corre paradigma de miel
Yo me quedo en el jardín viendo
abrir las semillas de gingo
un árbol sabio por antiguo
y simple como el brote de un
poroto

Ríos de la mente sabrán porqué
elrevés de la trama te lleva hacia
Leyenda
Un alma sola enfrenta su pasado
para luego dar la cara a la muerte

Aquí, no hay poder del
pensamiento ni saber
que al mundo modifique
Paciencia solamente
que busca sentimiento,
sentido en la astillada
totalidad del puma
cruzando el tiempo como
a un tapiz. El bosque
se transforma en jardín
a medias modelado
por la conciencia humana

como si una mujer hablara a otra en
un cruce de aguas profundas y claras


ALFONSO GUMUCIO DAGRON




Refrán



El que a hierro mata
tiene cien años de perdón.
Al menos, tiempo de sobra
para gozar estafas millonarias,
malversar la memoria,
limpiar la sangre seca
en el libro arrugado de la historia,
recibir incluso algún honor,
un cóndor desplumado,
homenajes póstumos, varios.