jueves, 6 de julio de 2017


JORGE CUESTA




Su obra furtiva



Su obra furtiva
el sueño extiende,
mas no la aprehende
ni la cautiva.

En vano activa
la nada, enciende
sombras y asciende
libre, alta y viva.

Aun más perdida
que para el sueño
de nada dueño,

vaga en la vida
del alma incierta
que se despierta.


RUFINO HUÉRTAS




Decepción



A las puertas llamé de la Verdad
y salió a recibirme la Mentira;
Entonces me quedé como el que mira
al fuego, destruyendo a la heredad.

Quise ver después a la Amistad
y la hallé transformada en una lira
en que vibra la cuerda que se estira
con mayor o menor intensidad.

Después de tan amargo desengaño,
retiréme a mi hogar, entristecido
lamentando el error en que he vivido.

Entre tanta mentira y tanto engaño
hoy me es indiferente cuanto veo
"y ni en la paz de los sepulcros creo".


ENRIQUE CASARAVILLA LEMOS




Carta matutina



Despertando
—la vena vaciada hundida en la tristeza—,
apunté:

Reina, flor ninguna la
nada. Ningún asunto que llegue a importar se
ve, porque ninguno hay.

Ni brillo del sol; la negrura de
la noche; la serpiente— una nueva hoja, el
mundo:
apariencias.
¿Es algo realidad...
o ser?

Nada
es.


SERGIO EDUARDO CRUZ FLORES



  
Vinlandia



Mañana, cuando den las primeras luces,
estos barcos que ves flotar perpendicularmente
del cielo habrán zarpado
lejos, hacia la tierra de los osos. Dentro, los hombres
que ahora preparan sus viajes
estarán remando (sudor en el pecho) y habrán
de entretenerse contando las sagas
que contaron sus ancestros. Algunos no resistirán
el largo viaje sin descanso. Otros perecerán en guerras.
Otros clavarán sus espadas en la historia
y sus nombres serán recordados por nuevos poetas.
Aún nada de esto pasa
y los barcos,
en su lenguaje de contracciones, discuten
rumores de maravillas que a todos esperan
en el sur.



MARIEL M. DAMIÁN




Respuesta



– Si no fueras un pez de color turquesa
¿Qué otro mundo hubieras sido?

-Yo no lo sé, te digo.
Quizás hubiera sido una semilla pequeña
para pedirle a mi abuela de seis años
que me sembrara a tu lado.
Y así, no distinguir tus hojas de las mías
ser una masa verde  y sin forma
atravesando el lomo del viento.
Y hacerte el amor todo el día
con mis raíces de árbol
bajo este manto de tierra.



RAFAEL CANSINOS ASSENS




Alef



     Cuando pienso lo que he querido ser y lo que soy, el llanto hincha las venas
de mi garganta, y mil sueños malogrados gritan como víctimas dentro de mí.
     ¡Oh, el corazón de un hombre que ha pasado de la juventud es semejante al de
un asesino!
     Con la conciencia turbada, recuerdo los años que pasaron; los sueños malogrados
claman dentro de mí como víctimas amordazadas, y la juventud pura y
resplandeciente, se alza ante mis ojos como una virgen abandonada, silenciosa y
patética.
     ¡Oh, el corazón del hombre que ha pasado de la juventud, es semejante al de un
malhechor!



De: "El candelabro de los siete brazos"