"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
miércoles, 23 de junio de 2021
ORIOL ALONSO CANO
Ceguera
Mis
dedos recorren los salientes de tus costillas,
con la incertidumbre del visitante,
que salta por las dunas del desierto
de un planeta acabado de descubrir.
Miro
a tus ojos mientras pinzo con mis dedos
la vértebra que te sobresale
al llegar a las carnes de tu estómago.
Pero tú desoyes la fuerza de la mirada,
bajas la vista para someter tus ojos
al imperio del subsuelo.
Sientes
lo imposible que se cruza entre nuestros ojos,
notas cómo tu cuerpo reacciona,
cómo tus venas se inflan,
cómo tu sangre acelera su curso,
cómo el vello se alza de la madriguera del organismo.
Pero
tus ojos sólo ven lo imposible,
ciegos a los sentimientos y sensaciones
que nacen y mueren únicamente,
para el goce de tu cuerpo.
De: “La caricia del fantasma”
ISLA CORREYERO
Conjunto de Condiciones Generales —del
sentimiento y la sexualidad— propias de Europa
Occidental, a partir del año Mil
Deslízate
en mi cuerpo como en agua.
Cierra tus caderitas con mi llave.
Pon tentación en mí, señal y curvas,
levanta el movimiento de mi paz.
Que
hoy has venido a mí, mi niña, alegre,
y yo busco tu amor hasta el futuro.
No quiero ver mi fin sin que me ames,
tú has de ser de mi cielo fiel testigo.
Se
tiñan con mi lengua tus tristezas
para el adiós que me darás mañana.
Se estiren mis caricias golpeando
los pámpanos azules de tus nervios.
Pero
ahora que la tarde desfallece
y está la luna entrando en tinta blanca,
deslízate en mi cuerpo, llave ponme,
ciérrame las caderas, sombra en sombra.
De: “Mi bien”
PATRICIA BENITO
Berrinche
Huyo
de escribir.
Me
cuesta entender
por qué hay gente que lo busca.
Supongo
que por el después.
Por
los nudos desatados
y los pulmones hinchados.
Por todas esas cosas
que ahora ni recuerdo.
No
quiero escribir.
Huyo
del berrinche.
De: “Tu lado del sofá”
JUAN PEDRO IGLESIAS GARCÍA
Señas de identidad
Piso
la arena de mis playas
y veo tendido el niño que fui.
Mirando el cielo de oscuridad, cavilando
en la cuenta caigo,
que en las noches claras
las nuevas y antiguas
se abren ante mí, ciertas bondades.
El
niño escribe un poema
y juega en la arena,
aventurero, corsario,
pirata y bajel.
Navega
al fondo de la noche,
las estrellas, profundas,
y después, más hondo,
más por encima,
unas escaleras suben al cielo desde el horizonte cercano.
Vuela, me dicen las estrellas.
¡Bendita ilusión!, la realidad del sueño.
Y así, piso la arena de mis playas
y veo tendido el niño que fui.
De: “Donde habita tu rostro”
JAVIER LASHERAS
Carácter
A
veces la vida se anda
con
las piedras de la familia
dentro
de los zapatos.
Mi
madre, por ejemplo,
siempre
me decía: «Hijo,
vístete
bien y sé sensato
que
esa cabeza tuya
no
va a traerte nada bueno,
así
que ponte la chaqueta
y la
camisa recién planchada;
y
mira lo que te digo:
procura
no hablar
demasiado».
Y
luego, prudente, añadía:
«No
te signifiques,
no
te signifiques,
y
ponte los zapatos
de
tu padre».
Los
zapatos tenían
una
talla menos
y me
hacían daño.
Antes
nunca le hacía caso
pero
ahora hago lo imposible
para
que ella me recuerde.
Por
eso prefiero escuchar
antes
que hablar y vestirme
a
juego con mis palabras;
por
eso aún guardo sus zapatos.
Y
aunque a veces pasa
que
cuando me los pongo
parece
como si volase,
otras,
cuando el viento
trae
ruido, ni el recuerdo
ni
las piedras logran
que
el carácter de mis pies
se
ahorme a su legado.
De: “El cielo desnudo”
JESÚS AGUADO
Como aquel alfarero que rompía las jarras
Como
aquel alfarero que rompía las jarras
nada más terminarlas.
Sin perder la sonrisa
destrozaba los platos y los vasos
y
luego se ponía a decorar
los fragmentos dispersos por el suelo
con sangre que sacaba gota a gota
de sus dedos y brazos, de sus muslos,
de las callosas plantas de sus pies.
Extraía
de sí los pigmentos del alma
hasta quedar exhausto
y venir los insectos
a chupar sus heridas.
Los vecinos,
por compasión, ponían monedas en el torno
y se llevaban trozos de loza hasta sus casas.
Al
despertar seguía sonriendo
y de nuevo amasaba en el barro mojado
las formas de lo informe,
los diminutos cuencos donde cabe lo eterno.
Vikram
Babu pregunta:
¿dónde bebes?