"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
sábado, 19 de junio de 2021
EUGENIO MONTEJO
Amantes
Se
amaban. No estaban solos en la tierra;
tenían la noche, sus vísperas azules,
sus celajes.
Vivían uno en el otro, se palpaban
como dos pétalos no abiertos en el fondo
de alguna flor del aire.
Se amaban. No estaban solos a la orilla
de su primera noche.
Y era la tierra la que se amaba en ellos,
el oro nocturno de sus vueltas,
la galaxia.
Ya no tendrían dos muertes. No iban a separarse.
Desnudos, asombrados, sus cuerpos se tendían
como hileras de luces en un largo aeropuerto
donde algo iba a llegar desde muy lejos,
no demasiado tarde.
JOAO MAIMONA
Arte poética
Que
la erosión
genésico
en las mareas de choque
contra
las piedras habitadas.
Cai
arena en la arena.
Así
que la palabra gasto
la
presentación de conformismo duro
liberando
las verdades más remotas
por
lo que es necesario para disfrutar de los gestos.
ROSSANA ARELLANO HASSON
El ego de los tontos
Cuando
llega la noche, fatigado de la jornada, el EGO se duerme, como un personaje que
no se ha afeitado la barba.
Se
levanta, con su ropa grasienta, utiliza mucho rojo. EL típico gordinflón de
dientes amarillos, la vieja pequeña, que alquila recuerdos, el mantenido, la
muchacha flaca, El Niño que se orina por falta de amor.
Resulta
inadmisible, que una vieja anodina, descuelgue algo diferente al ego, desde su
diminuta pared. La estupidez no tiene escuela que condicione enseñanza, tampoco
posee permisos de residencia. Se nace o no, perdido, crucificado de intelecto.
La sandez es una suerte de cuchillo en la mano del carnicero.
las
bocas anchas, deben permanecer cerradas. Realmente lo que sale de ellas, no
merece la pena de ser oído. Los vendedores de fruta, colocan letreros para
anunciar sus ofertas.
El
EGO de los tontos, es tema recurrente, una y otra vez…
SALVADOR NÉLIDA
Circunstancia
En
el contorno dúctil de los días
irse desdibujando lentamente,
como un paisaje
que a lo lejos se pierde,
como un recuerdo espeso
que se va haciendo olvido.
Ser como el humo grácil
que apenas atestigua
su raíz de ceniza.
No asentar en el tiempo
sino la circunstancia fugaz
de cada instante.
No ser más que agua suelta
que hacia la sed transcurre.
De: Tránsito ciego
JAVIER GARCÍA RODRÍGUEZ
Ficcionario
En
este ficcionario cabe todo.
Palabras
para usar cada día,
palabras desechables,
palabras de domingo,
palabras para ir de vacaciones,
palabras de colegio,
palabras que nos sirven
para curar heridas,
para envolver obsequios,
para contar mentiras
cuando vamos despacio.
Palabras
para aprisionar los sueños,
palabras que regresan a la casa
a la hora feliz de la merienda
con los zapatos sucios
de saltar en los charcos.
Palabras
para usar de quitamanchas,
palabras que parecen plastilina,
palabras de verdad,
palabras necias para oídos sordos.
Palabras
que parecen
no servir para nada,
pero que nos ayudan a nadar
–querer, ahogadilla, mar, valentía–
y por eso nos valen para todo.
Palabras
para conservar la calma,
palabras para hacerse más preguntas,
palabras con sorpresa, palabrotas,
palabras también para dar que hablar,
palabras
que
parecen
escaleras.
En
este ficcionario cabe todo.
En este ficcionario cabes tú.
JORGE VALDÉS
La mesa
Para Wisława
Szymborska
Me
contemplo en las caras ocultas de la noche
sin rasgos de mi acento del sur, sin evidencias
de ser el extranjero que alarga un punto móvil
sobre una servilleta doblada en dos. Estoy
en medio de personas de las que no sé nada
y que hablan de lugares apócrifos, de valles
desterrados del tiempo, distancia o geografías;
me observo desde mi soledad, desde afuera
del aire, de las formas del sillón que soporta
el peso de las vidas que tuve y me contienen
al pie de nuestra mesa. Me reconozco aquí,
con la ingenua cautela con la que se vislumbran
animales fantásticos en un libro de viajes
cuya última página no depara emociones,
ni algún final feliz que salve la memoria
de un bar donde la dicha se mire al otro lado
de esta sombra entre tantas estólidas fronteras.