viernes, 15 de octubre de 2021


 

SEBASTIÁN KIRZNER

 

 

Mis monedas

 

Rechinan y tiritan de frío

sobre los amplios bolsillos

sin forros, sin cruces,

mis monedas.

El metal con el que como.

El metal que extiende su mano

para sumarse a mi vida.

Soy: el transporte en metálico cantante,

de las monedas en mis bolsillos.

Con ellas:

Compraré tus manos frías,

compraré un beso a desgano,

compraré saciar mi virgen sexo.

Son centavos injertos en mi tierra rota.

Metal que no sudé para conseguir

ni me jacto tener,

pero que aún negándolo,

vacila en mis manos.

 

Metal para comprar,

M&M`s, o las pastillas saladas

de Willy Wonkas, para tomarme

una coke, o sacar un ticket free.

A mi tierra, no other place to go.

A mi tierra infernal de pantallas saladas,

de luces azules, sobre el sonido surround

de mi home theater, tragando mi pop corn.

En el living hall de mi casa de metal,

hecha de centavos y frío,

metal que no sudé para conseguir,

ni del cual me jacto tener,

pero que aun negándolo,

vacila en mis manos.

 

 

JUAN MARCELINO RUÍZ

  

 

Amor de Pobre



Ah, si fueras mía,

si un día nuestros destinos se enhebraran;

se que tú, no te burlarías de mis versos

alimentando con ellos el cesto de basura.

He soñado con esto tantas veces:

que guardas mis poemas en tu seno,

que los cuidas

los ordenas,

los prendes uno a uno en tu memoria.

Pero el destino

siembra lejanías entre nosotros,

nos separan

tres devaluaciones distintas

y una sola crisis verdadera

Mira…

que si fueras mía,

te lo juro por las trenzas de mi madre

serías tú

la computadora más amada.

 

 

LEO LOBOS

 

 

 

Urban Night life

 

 

Salimos de ahí disparados a seguir girando
por el lado oscuro de la ciudad
un grupo de rastas fuma en las afueras
de un local nocturno donde esta noche toca un demonio,
quiero irme, aunque el aroma de tranquilidad que aquí se respira me retiene, comemos verduras cocidas que ellos venden bajo el pórtico de un rascacielos donde nos refugiamos de la lluvia. Uno de ellos recorta fotografías de revistas y pinta los marcos donde las expone sobre
un pedestal – maleta, otro, dibuja en un enorme block a grandes trazos innumerables imágenes difusas.

Quemamos la antigua imagen que teníamos de ellos y de paso
las nuestras se hacen cenizas
que el viento
lleva.

 

 

 

JOSÉ PASCUAL BUXÓ

 

  

 

¿Qué te puedo decir? Nunca he sabido
el lugar de mi boca.

¿Recuerdas cuando niño? Una terrible espada de silencio
cortaba mi garganta y yo asía tu mano
para que rescataras mi carne atropellada
por aquel hipo ciego y deslumbrante.

¿Lo recuerdas? Era preciso entonces aprender a enfrentarse
con nuestra propia vida solitaria,
vencer todas las cosas naturales,
llegar hasta los rostros que esperaban un aire de sonrisas.

¿Recuerdas? Hoy parece imposible
haber quedado ahíto de dolor en una mano amiga,
sentir el fuego sucio pegado a la garganta,
arrastrar esa turba de piedras y palabras
hasta la inútil boca.

¿Y ahora qué diré.
qué guirnalda de oscuras explosiones
será capaz de enrojecer la tierra?
¿Tomarás otra vez entre tus manos la hinchazón del dolor
y empujarás conmigo
ese antiguo torrente de piedras y palabras?
Escucha un poco, padre.
Hazte un poco el dormido y escucha como llego
apenas derrumbando el silencio que amas.

 

 

DANIEL CUNDARI

 

  

3

 

Donde un tiempo el peripato se abarrotaba,

ahora de hombres sin ética el mundo se reanima.

 

                Donde Pitágoras reivindicaba la palabra,

clandestinos sin futuro se asoman a la vida.

 

Síbari ya no brilla, Pompeya se derrumba.

 

Cada filósofo tenía un escollo en el que conversar,

hoy en día quienes toman el sol en la playa es gente en paro.

 

No obstante aún escucho el canto de Homero.

Nosotros somos los sordos y los ciegos.

Él grita, grita, grita, en vano.

 

 De: “Poemas para delinquir”

 

CLAUDIO RODRÍGUEZ

 

 

 

Siempre la claridad viene del cielo;

es un don: no se halla entre las cosas

sino muy por encima, y las ocupa

haciendo de ello vida y labor propias.

Así amanece el día; así la noche

cierra el gran aposento de sus sombras.

Y esto es un don. Quién hace menos creados

cada vez los seres? ¿Qué alta bóveda

los contiene en su amor? ¡Si ya nos llega

y es pronto aún, ya llega a la redonda

a la manera de los vuelos tuyos

y se cierne, y se aleja y, aun remota,

nada hay tan claro como sus impulsos!

Oh, claridad sedienta de una forma,

de una materia para deslumbrarla

quemándose a sí misma al cumplir su obra.

Como yo, como todo lo que espera.

Si tú la luz te la has llevado toda,

¿cómo voy a esperar nada del alba?

Y, sin embargo —esto es un don—, mi boca

espera, y mi alma espera, y tu me esperas,

ebria persecución claridad sola

mortal como el abrazo de las hoces,

pero abrazo hasta el fin que nunca afloja.