jueves, 21 de agosto de 2025


 

LEONARDO ALEZONES LAU

 

 

Pig squeal



muchas veces
los poetas enarbolan las más ridículas dignidades
cosas que ni ellos mismos se creen
y ya es hora de celebrarlo

es tiempo de poner la manzana en boca del cerdo



DAVID GONZÁLEZ LOBO

 

  

Tallas de madera

 

 

En la tienda, los días de lluvia eran una jaula muy pequeña.
Quien ha oído cincuenta años los pájaros del trópico
abre una puerta y mete las manos en su corazón,

como si los dedos fueran la horqueta de una rama,
y la palma una mesa de frutas en la que cae y cae la música,
la algarabía y la miel.

Se asomaba al patio los días de sol y susurraba a los pájaros.
Cuando faltaba uno en los espejos de la luz, esperaba la lluvia
…para tallarlo.
Lo dejaba en la vitrina, dormido en su nido.

Con la tormenta, rompía el cristal y su cuerpo volvía a las ramas
…y a los espejos.

 

 

PALOMA YEROVI CISNEROS


 

Baño



Quieta
la plenitud
de esta luz
temprana,
la revelación
del primer sol,
el peso
de mi cuerpo
deshabitado.

Ya no reconozco
la palidez
de mis piernas,
el volumen
de mis caderas.

Ya no sé
en qué momento
dejé de beber la leche
que ahora toman mis hijos.

Cómo hacerme visible
y buscar hacia atrás.
Cómo mantener
este cuerpo roto,
impecable.

¿Cómo era todo
cuando vestía de azul
y caminaba sin prisa?

Ya no lo recuerdo.




MAURIZIO MEDO

 

  

Erratas



Ninguno tuvo la vejiga preñada por el cáncer
(apenas unos sucios algodones)

Ninguno exhaló humo, ya vacuo de fuego
(con el pulmón boyante de alquitrán)

Ninguno llegó a llorar por el catéter
(hasta perder la dignidad)

Ninguno mudo en el estiércol, tábanos abajo
(con los perros del báratro comiendo de su alma)

Ninguno muerto.


 

VERÓNICA JAFFÉ

 

 


Por miles y miles en miles de años
han migrado las aves
ante las heladas
animando las rezagadas:
no lloren, aún con el viento
en contra volaremos,
y aparecerá polluela
la esperanza.


Para M.C.C y M.R. una maestra migración

TIMO BERGER

 

  

Selfi-Stick



Los creía extinguido
pero sobre el fondo
de un embotellamiento
en el puente que une

el pueblo pesquero
con el balneario art decó
un señor de pelo gris
y zapatillas deportivas

ajusta una cámara en un palo
grabando dos sonrisas
con dentadura completa
reflejándose

en el espejo de agua
aun por retirarse
ante la presencia diurna
de la luna.