lunes, 29 de noviembre de 2021


 

DIEGO VALVERDE VILLENA

 

 

Metro de Chicago

 

 

A lo largo del viaje
la mujer de tu vida se te escapa repetidas veces,
siempre en el lado opuesto de la vía,
en el otro andén,
en la otra cola,
saliendo del museo o del restaurante cuando tú entras:
un segundo de vacilación es suficiente.

 

MANUEL RUIZ AMEZCUA

 

 

Ítaca

 


Los cantos de las sirenas
son el canto del misterio
del universo, que hace imposible
la huida de tu pasado.

Impulsados por la oscuridad
son una fuerza terrible.

Son el viaje al inframundo
y la historia del regreso
a un presente desterrado.

Es la antigua presencia,
que regresa de nuevo,
y a la que ya no puedes dominar.

Es una eternidad mirando a otra
la que tiene su centro
en los caminos de lo universal,
y a la que no podremos dominar.

Por ella circula la vida.
Sin miedo, y con deseo,
te ofrecerá el camino.

Míralo de nuevo, y echa a andar.

 

De: “Las reliquias de un sueño”

 

 

GUSTAVO VALCÁRCEL

 

 


Confin del tiempo y de la rosa

 

 

Aquella flor del púdico rosal
es la rosa de savia estremecida
cabellera en celaje adormecida
parla y parla en facundia vesperal

Rosa infiel es la rosa matinal
suavidad a sus pétalo ceñida;
pecado de su imagen poseída
por labio de rocío o luz cristal

Es meta del rosado navegante
digo ocaso en color melancolía
flor tallada por lluvia rutilante

En la noche, sostén de celestía,
esposo de la rosa, el sol diamante
trabaja en luz de rosa el nuevo día.

 

 

CONCEPCIÓN DE ESTEVARENA

 

 

 

Hojas perdidas

 

 

Conservo el tallo verde entre mis manos
y ya esparcí las hojas de la flor;
Las he visto alejarse, cual se aleja
la primera ilusión.
Eran hojas de rosas, que aún guardaban
el perfume la forma y el color,
y, aun siendo así, volaron con el viento,
y nadie las miró.
He visto en esas hojas el destino
de seres sin hogar y sin amor,
que saben de la noche y nada saben
de los rayos del sol.
Arrancados del tallo en que nacieran
y arrojados al viento del dolor,
nadie se para a ver en si esos seres
existe un corazón.

 

JUAN ANTONIO GONZÁLEZ IGLESIAS

 

  

Primera noche del verano

Para José Mateos

 

Primera noche del verano. Lleno
un vaso de cristal que bien podría
estar en el museo de arte romano
por rudo, irregular, sólido y bello,
de agua fría. Lo bebo como otros
beben costoso vino, paladar
adentro va dejando por el cuerpo
el rastro vivo de su transparencia
y su frescura. Es uno de los nombres
de Dios y así lo siento. Estoy muy lejos
de muchas cosas ya, cerca de todo.

 

 De: “Jardín Gulbenkian”

 

CÉSAR TORO MONTALVO

 

 

Nena

 

 

Hermanita
te pido que cubras mi rostro
con tus panes que has derramado llamándome
porque te acercas cuando te cuento mi paz
cuando sabes que boto la basura
con mis manos que nunca las lavaré.
Por eso
a la arena hay que saberla moler muy a menudo
así como si la inocencia
fuera la paloma de la familia.