jueves, 27 de enero de 2022


 

JANE DURÁN

 


 

En los cuadros de Edward Hopper

 

 

¿Podemos detenernos aquí?
En la gasolinera
el medidor está en cero.

Por toda la lavada
calle —hay que adivinar
lo que está sucediendo
tras las ventanas abiertas.

Un rostro se desvía de otro rostro
arrastrado al resplandor
que un pueblo chico
se atreve a soportar.

Los ojos pueden llenarse de lágrimas.
Del bosque podría surgir un lobo
con toda la intención.

Minamos nuestras fuerzas
rastrillando hojas, con un café,
en una habitación por esa noche
o sentados calladamente

hasta el amanecer. Las casas
retoman sus antiguas posiciones
en el viento.

De golpe el soltarse de los abetos,
el decoro de nuestras vidas.

 

 

 

JOSÉ MÁRMOL

 

  

Pensar

 


pensar en que fuera necesario no pensar. ya es pensamiento. piensas qué pensará el chofer. cuando del guía cuelga y la noche le avanza por los nervios. piensa tal vez en la niñez. en la escuela de barrio. en el café que invade la blancura del pan. quizá piensa en el primero. en el irrepetible amor que nunca estalla. piensa en la negra vellonera con sus luces y cantos de juguete perdido. piensa tal vez en la velocidad izquierda del oscuro paisaje. en la mancha recrecida de las últimas desgracias. piensa (es un lamento y una posibilidad) en el cuerpo desvalido de una joven mujer. provisto de una música en silencio y un resuello. piensas y te alargas qué pensará el chofer. cuando pensar en que fuera necesario no pensar. ya es pensamiento.

 

De: “Encuentro con las mismas otredades II”

 

 

BEATRIZ RUSSO

 

 

 

Ojos de luz

 


Más allá de los ojos, la luz.

Yo también veo esa luz que nace de lo oscuro.

La luz en la luz se hace oscuridad blanca.

 

ROBERTO COREA TORRES

 

 

  

ahora que ha llovido

 



Amanecer en cualquier parte

no me importa,

interesa a mis manos

asir el amarillo del sol

y aventárselo a la melancolía

cuyo sino es llevarme

a la infancia

Tal vez siga royéndome carne y huesos

tal vez continúe merodeando mi memoria

con su olfato de roedor

y consiga desmoronar los recuerdos

—conozco bien su deseo de llevárselos—

hasta escapar con ellos.

Atrancaré todas las puertas, taparé rendijas

impediré a toda costa su salida,

no quiero ver como los esparce

sobre la blanda tierra que hollamos

y de ellos nazca

—ahora que ha llovido—

la nostalgia.

 

De: “Ahora que ha llovido”

 

JOAQUIN SABINA

 

 

 

Siete crisantemos

 

 

Si alguna vez he dado más de lo que tengo

me han dado algunas veces más de lo que doy,

se me ha olvidado ya el lugar de donde vengo

y puede que no exista el sitio adonde voy.

 

A las buenas costumbres nunca me he acostumbrado,

del calor de la lumbre del hogar me aburrí,

también en el infierno llueve sobro mojado,

lo sé porque he pasado más de una noche allí.

 

En busca de las siete llaves del misterio,

siete versos tristes en una canción,

siete crisantemos en el cementerio,

siete negros signos de interrogación.

 

En tiempos tan oscuros nacen falsos profetas

y mucha golondrinas huyen de la ciudad,

el asesino sabe más de amor que el poeta

y el cielo cada vez está más lejos del mar.

 

Lo bueno de los años es curan heridas,

lo malo de los besos es que crean adición;

ayer quiso matarme la mujer de mi vida,

apretaba el gatillo… cuando se despertó.

 

Me enamoro de todo, me conformo con nada;

un aroma, un abrazo, un pedazo de pan

y lo que buenamente me den por la Balada

de la Vida Privada… de Fulano de Tal.

 

 

VÍCTOR JARA

 


 

Te recuerdo Amanda

 

 

Te recuerdo Amanda
la calle mojada
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel.
La sonrisa ancha
la lluvia en el pelo
no importaba nada
ibas a encontrarte con él
con él, con él, con él
son cinco minutos
la vida es eterna
en cinco minutos
suena la sirena
de vuelta al trabajo
y tú caminando
lo iluminas todo
los cinco minutos
te hacen florecer.

Te recuerdo Amanda
la calle mojada
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel.
La sonrisa ancha
la lluvia en el pelo
no importaba nada
ibas a encontrarte con él
con él, con él, con él
que partió a la sierra
que nunca hizo daño
que partió a la sierra
y en cinco minutos
quedó destrozado
suena la sirena
de vuelta al trabajo
muchos no volvieron
tampoco Manuel.

Te recuerdo Amanda
la calle mojada
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel.