miércoles, 8 de diciembre de 2021


 

VÍCTOR JARA

 



Manifiesto

 

 

Yo no canto por cantar
ni por tener buena voz,
canto porque la guitarra
tiene sentido y razón.

Tiene corazón de tierra
y alas de palomita,
es como el agua bendita
santigua glorias y penas.

Aquí se encajó mi canto
como dijera Violeta
guitarra trabajadora
con olor a primavera.

Que no es guitarra de ricos
ni cosa que se parezca
mi canto es de los andamios
para alcanzar las estrellas,
que el canto tiene sentido
cuando palpita en las venas
del que morirá cantando
las verdades verdaderas,
no las lisonjas fugaces
ni las famas extranjeras
sino el canto de una lonja
hasta el fondo de la tierra.

Ahí donde llega todo
y donde todo comienza
canto que ha sido valiente
siempre será canción nueva

 

 

LATIF HALMAT

 

  

Tumba y pistola

 

 

De repente fue restaurada la electricidad
La película reanudó
Los hombres estaban haciendo armas
Las mujeres estaban derramando lágrimas
Luego se fue la luz de nuevo
Tal vez los hombres están ahora cavando tumbas
Las mujeres están vistiéndose de negro.

 

                                              Sulaymani 09/02/98

 

 

PABLO GARCÍA CASADO

 

 

Facial

 

Dios me protege. Se lo ha tatuado en la espalda, con una serpiente y dos corazones. Y la bandera de su país. A Javi le gusta, dice que es muy expresiva, yo creo que le gusta de verdad. Habla de Dios a todas horas. Hasta follando, oh, my God, oh my God. Lleva las uñas perfectas y siempre sonríe. Dice que desde pequeña le han enseñado a sonreír.

 

De: “La cámara te quiere”

 

MARIANO PEYROU

 

 

 

Chicas de pelo corto

 

 

Se oyó una voz que pedía agua.
Era yo. Era una de esas noches
completamente orientales. Un amigo
preguntó, angustiado, si había algún
guionista en la sala.

Esa será mi consigna para momentos de crisis.

Todos comenzamos a interpretar,
aprovechando las últimas vacaciones.
Mientras tanto, no lejos de ahí
entrenaba el equipo femenino.

Y vuelta a empezar. ¿Qué más
hace falta para hablar del peso?
Entonces se levantan los objetos alados,
las moléculas, todo está hecho
de contrastes como si fuéramos románticos.

No era tan difícil. Salió a la primera.
Creo que tú me ponías nerviosa.

 

 

KATHLEEN RAINE

 

  

 

Mensaje desde casa

 

 

¿Recuerdas, cuando fuiste niño,
que nada en el mundo te parecía extraño?
Percibías, por vez primera, formas ya familiares,
y viendo, te percatabas de que siempre habías conocido
el liquen en la roca, las hojas del helecho, la flor del tomillo,
como si los elementos se juntaran nuevamente en tu cuerpo,
atrapados en el torbellino momentáneo de tu vida
que todavía mantenía el conocimiento de un estado primigenio;
en ti recuerdo retenido de nube y océano,
la enramada del árbol, la lengua de fuego.

Ahora, cuando la oscuridad de la naturaleza se te hace extraña,
y vagas, forastero, por las calles de la ciudad,
recuerda que la tierra te acogió en su seno con el aire, con los rayos del sol,
te posó en sus aguas dormidas, a que compartieras el sueño
de la trucha entre las raíces de la milenrama,
de sustancia de estrella y océano te formó,
en el mismo origen que sol y follaje, pez y arroyo
te concibió.

De todas las criaturas uno sólo es el origen,
simple, singular como el amor; recuerda
la célula y la semilla de la vida, la esfera
que es, de niño, blanco pájaro, o breve libélula azul
del helecho verde, o de la dorada tormentila con sus cuatro pétalos
la postrer memoria.
Cada célula latente disemina un futuro,
despliega su inimitable complejidad
como un árbol hace brotar hojas, y urde un destino que teje
peciolo de helecho, plumaje de pájaro, escamas de pez.
El musgo expande su verdosa membrana sobre la turba empapada,
el germen de la libélula cobra ánima y levanta el vuelo
del mismo modo que el nenúfar del barro asciende sobre su tallo viscoso
para abrir un dulce, albo cáliz al cielo.
El hombre, con más largo trecho que recorrer de su simplicidad,
del arcaico musgo, pez y lirio se separa,
y en el exilio hace su largo camino.

Cuando dejes atrás Edén, recuerda tu casa,
porque trayendo a la memoria la esencia de tu ser
no estarás solo; los primeros en saludarte
serán esos niños que juegan a la orilla del arroyo,
las nutrias nadarán hasta ti en el remanso,
el ciervo salvaje correrá a tu lado por el páramo.
Adéntrate más en la espesura, y vendrán las aves,
los peces se alzan para verte en sus enjambres plateados,
y más oscuras, más extrañas, vidas más misteriosas
vendrán a ti en tropel al manantial
donde las raíces más profundas del árbol beben del abismo.

Nada en ese abismo te es extraño.
Duerme sobre la raíz del árbol, donde se urde la noche
para formar la materia del universo, escucha los vientos,
las mareas, las armonías de la noche, y sabe
todo lo que sabías antes de empezar a olvidar,
antes de que te convirtieras en un extraño de ti mismo,
antes de que te hubieras alejado demasiado de esos otros
niños del origen, que han permanecido en casa,
en pradera, isla y bosque, en mar y río.
La Tierra envía amor materno tras su hijo exiliado,
confiando su mensaje a la luz y al aire,
al viento y a las olas que llevan tu barco, a la lluvia que cae,
al pájaro que te convoca, y a todas las miríadas de peces
que nadan en las aguas natales de su océano.

 

De ”The Year One”

Versión de Adolfo Gómez Tomé

 

LORENA GARDUÑO

 

 


Ese incendio
con su lengua tizne
su lenguaje arcaico
su lento arder
entre las bifurcaciones de mi conciencia
quizá
invento náufrago
dosel de la respiración de mi espina dorsal
o de alguna reminiscencia
………ese incendio
acurrucado entre las sábanas
que crepita a mi espalda cuando ronca
¡Cuánto quema!
Cuánto esquiva mi súplica de agua
ahogo de sed
de asfixia
………ese incendio
que nos nombra
y de madrugada me lleva a buscarte
por el balcón con incendiaria incertidumbre
¿de dónde viene?