"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
lunes, 1 de agosto de 2022
TERESA MELO
El
temblor
En
la tierra breve que desgrano
flores de cedro / helechos / abedules:
signos de la transformación.
La gacela de ayer
maúlla en mi caricia
en el sitio cálido de las ropas de sal.
Flores de cedro
que no son la mesa olorosa / la silla torneada.
La
mariposa que conoce los cielos aneblados
vuelve pez su sueño para amar al pez:
aman los peces transfigurados
a la luz de la vela.
Son
éstas las canciones que canto en la oscuridad.
Otros serán los cantos de la luz
en la voz de mi hija.
Ella no conocerá a los hermosos ahogados
sosteniendo la plataforma marina de la isla.
Ella buscará otra explicación
tan cierta como ésta / tan inútil para describir.
Signos
de la transformación
agua en canasta es nuestro conocimiento:
escurre por los entresijos de la paja
y vuelve al sitio mineral.
Son las canciones que canto en la oscuridad
para nombrar al hombre
su vanidad espejeando /
sus tres metros de más.
La poesía también nos viste de diosecillos /
totems.
Guardo
el poema. Al poeta
lo acuno junto a los hermosos ahogados
para calmar su llanto infantil su soledad sus terrenales miedos.
DORA ALONSO
Luna
traviesa
En
el pozo viejo
el sapo se baña;
la luna, traviesa,
se mete en el agua.
En
el pozo nuevo
se mira la rana;
la luna le saca
la espalda mojada.
En
su balconcito
de piedra lavada
cantan a la luna
el sapo y la rana.
JUANA BORRERO
Crepuscular
Todo
es quietud y paz… En la penumbra
se respira el olor de los jazmines,
y, más allá, sobre el cristal del río
se escucha el aleteo de los cisnes
que,
como grupo de nevadas flores,
resbalan por la tersa superficie.
Los oscuros murciélagos resurgen
de sus mil ignorados escondites,
y
vueltas mil, y caprichosos giros
por la tranquila atmósfera describen;
o vuelan luego rastreando el suelo,
rozando
apenas con sus alas grises
del agrio cardo el amarillo pétalo,
de humilde malva la corola virgen.
DOMINGO ALFONSO
Duro
como yo mismo
Duro,
como yo mismo,
el
pequeño hombre que me acompaña;
fuerte,
inflexible,
lo
pesa, lo juzga, lo analiza todo.
Pero
a veces me decepciona:
abraza
un niño.
Corta
una flor.
CARLOS OQUENDO DE AMAT
Obsequio
Cambiaría
un tapiz antiguo
que trae
una
cesta de sonrisas
con rosas despreocupadas
y paisajes suspendidos del dedo meñique
con
ríos bondadosos y cielos palpables
de
tus cabellos saldrá agua dulce
y habrá voces de color en la luna
Por
sembrar un beso
bajo la alta palmera de una frase tuya
bella
JARDINERA
DE MI BESO
JOAQUÍN CIFUENTES SEPÚLVEDA
Abismo
Hermano:
somos dos fantasmas solamente.
De pie, frente a la vida, gritamos fuertemente:
tú: ¿Dónde está el pasado?, yo: ¿Dónde está el presente?
Frente
a la vida, con ademán de protesta,
ya ni la conocemos, ¿Dónde está, que no es ésta?
¡Aullidos de dolor, blasfemias de la fiesta!
Si
no es ésta la vida, ¿dónde será el morir?
¿Acaso en mi presente? ¿Quizá en tu porvenir?
¡Si fuésemos siquiera capaces de morir!
Morir,
tenderse, cerrar los ojos, dejarse ir…
Cuando yo me despeñe, ¿de dónde me iré a asir?
Hermano: ¡tengo miedo, líbrame de morir!
Corre
un viento de duda, corre un viento de duda,
las preguntas se estrellan contra la celda muda.
La noche se desliza totalmente desnuda…
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