miércoles, 30 de julio de 2025


 

JESÚS GÓMEZ MORÁN

 

 

Jueves de corpus

  

Mientras desayuno un atole y una torta
de tamal en la banqueta al borde
del periférico, la vía de asfalto
como un merolico a repetir comienza
su discurso nuestro de cada día
que tratando de entender, no entiendo.

Por enfrente una muchacha, como blonda
ninfa con el ombligo descubierto,
en sentido contrario atraviesa seguida
de una paloma gris recolectando migajas
involuntariamente esparcidas por el suelo.

En los microbuses de ventanales más amplios
la gente se asoma a mirarme y parecen
personajes dentro de una pintura:
como si en la acumulación de minutos
y objetos dibujara cada cual su destino,
la boca del tiempo (que no yo) es la que mastica
imágenes, personas y autos, todos ellos
con su título de propiedad correspondiente,
en tanto que tras de esas paredes a un ama
de casa cualquiera se le revuelven los siete
puñales de las labores domésticas.

En la banqueta permanece un vaso
de unicel y una servilleta: dentro de poco
y el barrendero vendrá a recoger todo esto,
y aunque es deficiente mi conciencia ecológica
al menos hoy desayuné con mucho
más que doce acompañantes en la mesa.

 

 

ALEJANDRO SCHMIDT

 

 

Porsche


voy en un porsche
despacio
a través de los suburbios de atlantic city
voy conduciendo solo en un porsche
tostado
opaco
silencioso

wallace stevens lee sus poemas
por f.m.

es una vieja grabación
de
anabas en el paraíso
así
despacio despacio
hasta el balneario

a menos que consideremos a los borrachines
como miembros de un sistema de productividad neocapitalista
allí
sobre la arena
no hay nadie

a veces me pregunto
cómo viven los otros
cuál es su modo de sentarse
en la necesidad
durante mucho tiempo
descubro
un porsche
sereno/tibio como piel saciada
fue mi necesidad
recorro la playa
hasta las torres Ezra Pound I, II, III

en esa zona hay
gente común
perezosa
intranquila
si voy muy despacio pueden apreciar los caballos vigorosos en combustión
celeste

en la baulera llevo el cadáver de su propietario
un buen hombre
con apreciables tarjetas de crédito
un hombre de tiernos sentimientos
no debió recogerme por la 47 anoche

pestañeaba como una muñeca flou
y decía
plis-plis
al fin
sobre su porsche
bonito
dorado
infiel

uno es distinto en porsche
si elsie me viera
no lo podría creer
no
estallaría antes de creerlo
paro el motor
dejo las puertas abiertas
para que pueda admirarse el tapizado y camino hasta una piedra
inmensa
sola

parece un recuerdo

recordar es malo
irrumpe la miseria
y su encanto rencoroso
queda

ahora el mar
es una canción boba
canturreada por jóvenes melosos
la insoportable libertad del mar

conduzco hacia el centro comercial
veloz
veloz
con las ventanillas cerradas
como un senador

impermeable
implacable

siento que podría rasgar
el espacio tiempo urbano
un porsche
es una máquina einsteneana

pronto todo terminará
y seré una estadística
-frase de novela policial best-seller-
muy pocos son capaces
de arrancarle la belleza a un símbolo
esas miradas en la playa
fueron la máxima caricia que algo puede despertar
ningún dios gozó tanto

voy hacia la vidriera del supermarket como hacia un coito con
gertrude stein

espero decapitarme
abriendo las pantallas de los videos

el porsche ascenderá en fuego
inflamado por el éxito.

 

 

MIGUEL ÁNGEL ZAPATA

 

 

Mis sílabas perdidas



Hoy el mundo es la caja de resonancia que flota con mis sílabas perdidas. Estas torres se trenzan en el aire mientras las campanas llaman otra vez y la capilla vacía, el sol se escurre con algún pájaro por la torre mayor y la lluvia oreada por fin desaparece.

 

HUGO MUJICA

 

 

Hace apenas días


Hace apenas días murió mi padre,
hace apenas tanto.

cayó sin peso,
como los párpados al llegar
la noche o una hoja
cuando el viento no arranca, acuna.

hoy no es como otras lluvias
hoy llueve por vez primera
                         sobre el mármol de su tumba.

bajo cada lluvia
podría ser yo quien yace, ahora lo sé,
                                    ahora que he muerto en otro.

 

GRACIELA SALINAS

 

  

Colage

  

Para no olvidarte
en un colage trabajé tu rostro.

Colgué el cuadro en la percha
más visible de la casa.

El tiempo pasó, olvidé
dónde estaba la percha…

 

FABRICIO ESTRADA

 

 

Fundación del paraíso



Sucede que estamos en inventario.
Estamos desmontando un mundo, estamos desmontando el artificio.
Ocurre que estamos borrando el número de serie y volviéndonos artesanos, llenos del barro de los días, amasados por el golpe, nos estamos haciendo irrepetibles.
Cada cosa, cada concepto es devuelto a una categoría básica y sustanciosa.
Trilobites, sílabas unicelulares: piedra, grito, alma.
Sucede que Eva sacó la cara y Adán la acompaña con su listado de novedades: esto es alegría, esto es tristeza, esto es mañana y esto olvido.
La mirada, los árboles, la hondonada de una herida brutal, ya son otros paraísos los que buscamos, nos hemos hartado de todos los frutales.
Esto es dolo, esto es ángel inverso, esto es flor y esto un hombre desollado.
Ocurre que estamos inventando el tiempo y el sueño debe esperar, con su capa rota el sueño, con sus brillos el sueño, con su descanso mortuorio el sueño.
Hemos abierto -de un solo tajo- el vientre pulposo del bien y el mal y lo entendemos frío, áspero, entendemos que el viento silba nuestros nombres y a él nos entregamos llenos de ramajes.
Sucede que nos sabemos nuevos
y estamos en inventario.