"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
miércoles, 19 de octubre de 2022
JEAN DE LA VILLE DE MIRMONT
El
gran Viaje
Esta
vez corazón mío, emprendemos el gran viaje
No sabemos cuándo vamos a regresar.
¿volveremos más orgullosos, más locos o más cuerdos?
¡Qué importa, corazón mío, puesto que nos vamos!
Antes de partir, mete en tu equipaje
Los más bellos deseos que vamos a ofrecer.
No eches nada de menos, pues otros rostros
Y otros amores nos consolarán.
Esta vez corazón mío, emprendemos el gran viaje.
Versión
de Lluis María Todó
VALERY LARBAUD
La
rue Soufflot
Romanza
para el abanico de Madame MARIE LAURENCIN
Nuestra
breve jornada pronto habrá terminado: los últimos
años se abren ante nosotros como estas calles;
y el colegio sigue estando allí, y esta plaza
en cuadrículas, y la vieja iglesia en la que hemos visto
entrar muerto a Verlaine. En el fondo, a pesar del mar
y de tantos caminos, jamás hemos salido
de aquí, y toda nuestra vida habrá sido
un pequeño viaje en círculos y zigzags por París.
E incluso después, aquí nos quedaremos,
invisibles, olvidados, pero siempre habitando
la ciudad de la infancia y del primer amor,
con el asombro de los doce años y del encuentro,
que aún nos hace murmurar entre el gentío:
“Porque sabes que siempre te he querido.”
y un transeúnte, que me ha oído, se da vuelta.
PIERRE JEAN JOUVE
Lágrima
Lo
que el ojo derrama es una perla de sombra
caldeada con el fuego que se apaga en la serena
Eternidad: sobre el vago polvo y sobre la piedra,
sobre los campos, el asfalto y el aire
o sobre el frágil pañuelo que en las manos tiembla
ella permanece, capital que crece por dentro
al ser engendrada por la muerte.
Versión
de Federico Gorbea
JUAN BONILLA
Paradise
Llevas
el paraíso dentro.
Lo
sé porque yo he estado.
Es
un lugar tan lento
que
nada se tergiversa en pasado.
Pradera
inmensa donde troto,
confiado
y seguro,
hasta
el simple futuro
que
ya lo sabe todo de nosotros.
Furioso
abismo
que
sin embargo acaba en cumbre:
salirse
de uno mismo
congelarse
en la lumbre
de
ser un sí rotundo,
relámpago
sumiso,
canción
que purifica el mundo.
Dentro
de ti llevas el paraíso.
De: “Horizonte
de sucesos”
VÍCTOR BAYONA
Definición
del amor por comprensión
Hay
dos tipos de infinitos:
el
que no se acaba y el que no se acaba nunca.
El
amor no es infinito porque se acaba
y se
acaba siempre.
Pero
puede durar más que nosotros,
tiene
esa bondad de superarnos
sin
que podamos percibirlo.
Así,
hasta ahora,
hemos
demostrado que podemos acotar el amor en el tiempo.
En
el espacio también y es evidente:
no
escapa de nosotros;
como
mucho se irradia hasta encontrar un breve hogar en el entorno.
Por
otra parte, el amor verifica la propiedad
de
existir solo en medios materiales −reales o imaginarios−.
Por
ejemplo:
sentado
en una silla,
con
la luz del sol cruzando el jardín
y
colándose por su piel como si lo estuviera enhebrando,
mi
abuelo quiso abrazarse a aquellos olivos
y
besar el huerto con sus tomates y cebollas,
y
acabar vencido a esa labor el resto de los días.
Y el
ruido de los coches en hora punta le recordó
que
tenía que sacar la comida del horno.
Es
decir;
el
amor es una herramienta de certidumbre.
Por
tanto:
el
amor tiene punto y final pero alumbra
incluso
cuando ya no recorremos el camino,
como
queríamos demostrar.
De: “A
ciencia cierta”
IRENE DOMÍNGUEZ
Tú
vienes del norte
Ahora
has aterrizado en Londres y me olvidarás
en
los cuerpos de aquellas mujeres inglesas, paseando por las calles
que
me invadieron antes de conocerte, antes del día
en
que vi tu cuerpo desnudo por primera vez.
La
vida es así, me dije, la vida es
asumir
violaciones
e
indignarse ante las tumbas, no tener familia
y
sentirse extranjera bajo sábanas.
Ahora
has aterrizado en Londres y escribiré a mi padre muerto contándole que te
llamas así.
Me
creo que siempre que lo digo me oyes. Ya ves qué tontería.
La
vida es
mirar
tu cuerpo con los ojos del amor y no poder odiar ninguna parte, aspirar a
perturbar tu lectura
y
conocer a los dueños por sus perros.
Yo
no me dejaba los pendientes en tu casa; un poco de cabello,
no
más,
un
poco de cabello es necesario
para
ser inmune ante la decapitación que me ofreces.
Tienes
el paraíso en tu garganta, pero puedes guillotinarme la cabeza; se me cayeron
las orejas
de
no escuchar tu acento ahora vacío,
tu
acento del norte, abrasador jeroglífico.
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