"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
jueves, 28 de agosto de 2025
THOMAS VINAU
Higiene
de vida
Vivir
como se mea
a ciegas
en la noche.
Versión
de María Ángeles Aguilar
HAN DONG
Dedicado a Yang Li
Mi
querido Yang,
imagina
que eres un Gran Maestro del Mal.
Lo
de gran maestro es inevitable, pero el mal ya se ha desintegrado.
Tras
los lentes sin cristal, tu auténtica visión estereoscópica.
Te
fascinaban las bellas piernas de las jovencitas
que
ahora crecen desde tu propio cuerpo
y
caminan con gracia en el otoño tardío
por
los viejos callejones de Beijing.
Mejor
no hablemos de hormonas, adrenalina y dopamina.
Los
aliados del Gran Maestro son el Captopril,
la
Insulina y el Venorrectal.
Mi
querido Yang, estás realmente equivocado,
pero
incluso en el error tu razón brilla con un halo radiante.
Del
ciclo II. Poemas con dedicatoria
Versión
de Radina Dimitrova.
NICOLE CALLIHAN
El
origen de los pájaros
Durante
horas, las flores fueron suficiente.
Antes de las flores, Adán hubiera sido suficiente.
Antes de Adán, solo ser un costilla fue suficiente.
Solo estar en el cuerpo de Adán, cerca de su corazón, suficiente.
Suficiente estar tan cerca de su corazón, suficiente
sentir ese dulce ritmo continuo, suficiente
ser parte de algo más grande fue suficiente.
Y antes de la costilla, ser barro fue suficiente.
Y antes del barro, solo ser tierra fue suficiente.
Pero entonces suficiente no fue más
suficiente.
Las flores inclinaban sus cabezas, como si dijeran: suficiente,
y entonces Eva, rodeada de peonías, y suficientemente sola,
deseó muy intensamente algo, y el deseo fue suficiente
para hacer que a la piña le crecieran alas; el deseo fue suficiente
para apuntar al cielo, decir pájaro, y esperar a que algo cante.
Versión
de Andrea Parmigiani
JUAN PABLO ROA
Como
voces
perdidas,
como
pájaros de un único vuelo,
a la
orilla de la edad y del tiempo,
vuelven
a mí desnudos
los
elementos y sus accidentes:
el
río Arno, más de papel que de agua,
o mi
mujer corriendo
con
una cumplida parrilla entre las manos
y el
don del vino en la sonrisa.
El
viento serenaba nuestra siesta,
una
brisa mecía los olivos
y
ventilaba nuestros sueños veinteañeros
a la
intemperie de un día de reloj campesino.
De: "En
la mano que escribe. Poesía reunida (2007-2022)"
ELENA URUETA
Pirámides
Algo
tendrán que decir las montañas,
comparte
George Sonnier,
que
hace más de cuatro mil años
los
nubios
mayas,
lencas
toltecas
olmecas
chichimecas
aztecas
teotihuacanos
incas
egipcios
imperio
Jemer,
sumerios,
chinos,
budistas,
a
través del tiempo y el espacio,
con
el factor en común
de
haber sido niños y niñas
que
corren descalzos a casa
para
comer plantas y granos
en
las faldas de sus madres,
las
inventaron.
Las
sembraron como flores,
imponentes
y afables,
en
el desierto,
la
selva,
en
tundra, taiga y matorral.
¿Tienen
las montañas línea directa con los dioses?
Inmiscuido
en
los por qués y los cómos
de
una concha sin eco,
así
también,
la
persona
que
dejó 8 piedras
apiladas,
unas
sobre otras,
al
márgen del río
un
caluroso día de abril.
CHRISTOPHE MANON
Los
monstruos, los espectros, los cuerpos atormentados y bajo suplicio
habían
desaparecido tan bruscamente como habían surgido.
Ya
no me sentía asediado por visiones lascivas.
El
cielo ya no estaba repleto
de
serafines y grifos,
ya
no había lucha
entre
los ángeles y los demonios.
Incluso
los vencejos habían cesado
su
vertiginosa coreografía.
Mi
corazón latía de nuevo con normalidad.
El
clima también había cambiado,
las
nubes se habían disipado,
el
cielo era ahora invariablemente azul.
El
alcohol ya no tenía el mismo efecto.
Permanecía
estupefacto, vagamente preocupado.
Sentía
una inmensa tristeza,
me
sentía profundamente desamparado.
¿Qué
había pasado realmente?
¿Qué
tempestad se había levantado de tal forma en mí?
¿Qué
exaltación?
Una
vida cambiante, múltiple, una inmensidad violenta.
De: “Puerta del sol”
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de Mariano Rolando Andrade
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