sábado, 6 de agosto de 2022


 

ÓSCAR CASTRO

 

 

¡Quién va!

 

 

Los vi detenerse,
y mi voz multiplicose
rebotando en los picachos
como en cojín de resortes.

Cruzaba en ese momento
un paso de angostos bordes:
A la derecha, el abismo,
tinta o residuo de noche;
adelante, los jinetes;
a la izquierda -muro- el monte.

Seguí avanzando en la sombra,
hacia las sombras inmóviles.
traspuesto el paso difícil,
me tropecé con sus voces:

-¿Adónde marcha el amigo?
-Al pueblo de más al norte.

Me esperan mi vieja madre
Y mis hermanos menores.
Los dejé un día de marzo;
Cinco años van desde entonces.

Ancha mi voz y serena;
La suya opaca y de cobre
Miré brillar las pupilas
en un fulgor de emociones.

-Acompañaré al amigo
hasta que trasponga el monte.

Cinco jinetes tomaron
Rumbo a las constelaciones
Bajaron cinco jinetes
Con firmes pasos de bronce.

Cuatro pararon de pronto
Y el otro siguió hacia el norte,
Después de estrechar las manos
Tendidas de los cuatro hombres.

Clareó mas tarde en el cielo.
Amanecer de limones.
Palabras de agua liviana.
Pájaros madrugadores

Cerca, maitenes y boldos;
lejos, Rancagua y sus torres;
y entre sus casas, mi casa,
con ciruelos y parrones
¡y mi madre con sus ojos
de mares y horizontes!

Detrás el recuerdo grande
de un bandido que era un hombre.

 

 

MANUEL ANDROS FLORES

 

  

La perrita

 

 

La perrita aquella,
me movió la cola
una y otra vez,
hasta que un día
como buen perrito,
yo también se la moví.

 

 

BERNARD NOËL

 

  

2

  

llamamos recuerdos a nuestras ruinas
arena de sílabas y nombres
donde el alfabeto desova una oscura necesidad

 

GONZALO ARANGO

 

  

Manos unidas

 

 

Una mano
más una mano
no son dos manos;
Son manos unidas.
Une tu mano
a nuestras manos
para que el mundo no esté
en pocas manos
sino en todas las manos.

 

 

MYRIAM ALBISU

 

  

El Ángel



Un ángel blanco de alas desplegadas
y ensortijado pelo, mira al cielo.
Parece volar en cualquier momento.
Nunca lo hará,
así como tampoco
se deshojarán las flores de sus manos.
Guardián de almas
frío, eternamente quieto, por los siglos.

Acercando a Dios
a los ausentes y a los que aún están,
La belleza del Arte es tan fuerte.
como para que esas almas
permanezcan allí, en la ropa, en la flores
en la mirada de esos ojos fijos
en la magia de esa otra alma
que les dio la suya cuando las creó.

 

 

LUIS CARLOS LÓPEZ

 

 

 

A un perro

 

 

Todo es igual y lo mismo.
Fenelón

  

¡Ah, perro miserable,
que aún vives del cajón de la bazofia,
—como cualquier político— temiendo
las sorpresas del palo de la escoba!

¡Y provocando siempre
que hurtas en el cajón pleno de sobras
—como cualquier político— la triste
protesta estomacal de ávidas moscas!

Para después ladrarle
por las noches, bien harto de carroña,
—como cualquier político— a la luna,
creyendo que es algún queso de bola…

¡Ah, perro miserable,
que humilde ocultas con temor la cola,
—como cualquier político del día—
¡y no te da un ataque de hidrofobia!