"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
lunes, 18 de julio de 2022
ZHIVKA BALTADZHIEVA
Ulises
A la
playa de Ítaca
me trajeron dormido,
un cuerpo inerte sólo.
Primero
no me reconocieron
y después nadie me preguntó
nada.
He
matado a los pretendientes.
Y más
no
tengo que navegar.
No
tengo que inventar.
No tengo que inventarme.
No tengo que ser
otro.
No
tengo que ser.
Ni
siquiera yo
sueño con Odiseo.
Mi
fuga
a lo real
se
ha cumplido.
Versión
de Eva Davidova y Francisco Larios
LISEL MUELLER
Familias
felices e infelices I
Si
todas las familias felices son parecidas,
entonces
lo son también las familias infelices,
cuyas
vidas celebramos
porque
se mueven y son cálidas,
porque
son lo que pensamos que es la vida.
Alguien
está mintiendo y a alguien
le
están mintiendo. Alguien es golpeado
y
alguien más está dando los golpes.
Alguien
está rezando, o llora
porque
no sabe cómo rezar.
Alguien
bebe toda la noche;
alguien
se arrincona en las esquinas;
alguien
amenaza y alguien suplica.
Amargas
palabras en la mesa,
amargos
sollozos en la habitación;
represalias
respirando en el espejo del baño.
La
casa cruje con secretos;
todos
elaboran un plan de escape.
Alguien
se hace añicos sin sonido alguno.
A
veces uno de ellos deja la casa
en
camilla, en terrible silencio.
¡Cuánta
energía roba el sufrimiento!
Es
como un fuego que quema y quema
pero
no puede incendiar hasta la extinción.
Las
familias infelices nunca son ociosas;
siempre
se encuentran dónde está la acción,
no
como las otras, las felices,
que
nunca levantan la voz
ni
escupen sangre, que nunca hacen nada
para
merecer su felicidad.
Versión
por David Ruano González
SABRINA USACH
Visión
dos
horas cuesta arriba para llegar
desde acá observo de un lado el mar absoluto
del otro una vieja cordillera hoy de un verde
semejante al jardín que queremos tener
se mueve algo reconozco la sensación
de lo que está por venir: un picaflor vuela
y se sostiene delante mirándome tu cuerpo
viene del desierto surgido entre dos masas de inmensidad
de tus manos cuelga el penacho que sostiene la cabeza trofeo
rodó hasta vos por minúsculas patrias ungidas de polvo
hablarás con tus espíritus nadadores alados y terrestres
sobre tu cicatriz está marcado el surco por el que regresarán
los cantos del pueblo muerto en estos acantilados
el avecita se pierde entre matorrales oscuros
la persona que amo repara en mi postura fetal y me abraza
la tierra se expande hacia la costa bruta demencial
parece el deseo de una divinidad que quiere salvarse
OUMAR FAROUK SESAY
La
última metáfora
(Para Tom Cauuray)
Tom,
el día después de tu muerte
El sol con cortinas de nubes oscuras
Cojeaba por el cielo
Las estrellas destellaban sus arrugas
Riachuelos de sudor desde las cejas de campesinos
Se vierten sobre lo amontonado
Como lágrimas desde el cielo
Cuervos que ascienden consuelan al cielo que llora
Ese día los niños abrazan al hambre, aprietan el suicidio
Toman sorbos de sed
Venden agua en baldes hechos de lamentos
Como quienes se lamentan en Roma
Igual al día antes de tu muerte
El día después de tu muerte
Las mujeres de tus poemas mueren al dar a luz;
una tumba para cada ocho vientres
Sus lágrimas extraídas, la tormenta de agosto
Empapa la tierra para los sepultureros
Igual al día antes de tu muerte
El día después de tu muerte
La lluvia repica y salpica
Como la música en tu “Adiós a mi tierra agonizante”
Bailamos la danza fúnebre de nuestra tierra
Sobre las brasas de nuestros recuerdos
Igual al día antes de tu muerte
El día después de tu muerte
Los tambores de la tierra se entumecieron
El balangie se ríe y se atraganta
El seigureh tartamudea y solloza
Los pies arrastran y se encadenan
Sin embargo cantamos la canción fúnebre
En voz baja
Igual al día antes de tu muerte
El día después de tu muerte
Los ruidosos pies de la tiranía golpean el tambor de la tierra
Crean una melodía disonante para los oídos del suelo
Y las almas mochadas de todos los pisoteados
Igual al día antes de tu muerte
Pero tú no estás aquí Tom
para filtrar los rayos de sus esperanzas en el sol que se levanta
para
arrancar la arruga de sus estrellas destellantes
para recoger el derramar de su sudor en el totumo de los recuerdos
para atrapar el crescendo de sus gritos en el doble sentido de tus poemas
para capturar el tono de su dolor en tu canción melancólica
Y
para escuchar el coro de sus corazones cantar la canción de luto de tu metáfora
No estás aquí Tom
Tom no estás aquí para escribir sus poemas
Aquí estoy, no para añorar tu molde
Sino para añorar la metáfora del
molde de barro que embarra las baldosas
Mientras yaces ahí muerto solo, por días
Sin dolientes
Sin entierro
Sin celebración
Sin ser escuchado
En la habitación fría de un hostal
Que deja tus restos como una última metáfora
Para que la posteridad lea la podredumbre en la tierra
Como Rabearevelo en los guetos de Madagascar
O David Diop agonizando en los cielos de Senegal
Aprietas un manuscrito de metáforas
Mientras desciendes al tiempo eterno y dejas tu última metáfora
Para que poetas tallen el máximo poema
Tom, el día después de tu muerte
Es igual al día antes de tu muerte
Pero tú no estás aquí Tom
Tom no estás aquí
Para hacer un poema de nuestras vidas
Desfiguradas por el día después de tu muerte
Versión
de G. Leogena
VIOLETA PARRA
El
diablo en el paraíso
El
hombre se come el pasto
El burro los caramelos
La nieta manda al abuelo
Y la sota al rey de bastos
L’agua la llevo en canasto
Me duermo debajo el catre
Todo lo endulzo con natre
Bailo en la tumba del muerto
Mentira todo lo cierto
Gritaba desnudo un sastre.
Los
pajes son coronados
Los reyes friegan el piso
El diablo en el paraíso
Y presos van los soldados
Se perdonan los pecados
Fusilamiento de jueces
En seco nadan los peces
Será un acabo de mundo
Cuando en los mares profundos
Las arboledas florecen.
Los
justos andan con grillos
Y libres van los perversos
Noventa cobres un peso
Seiscientos gramos un kilo
Los futres andan pililos
Los gordos son raquíticos
Brincaba un paralítico
Sobre un filudo machete
Ocho por tres veintisiete
Divide un matemático.
De
asiento tienen el piano
Tocan música en la silla
Caín es la maravilla
Para el abel de su hermano
Caminar es con las manos
Los santos son pendencieros
Bendicen a los rateros
Se acuesta el perro en la cuna
Debajo de blanca luna
La guagua muerde al rondero.
Aquí
termina el ejemplo
Fue por el mundo al revés
Y con la venia de usted
Al teatro lo llaman templo
Muy plácido te contemplo
Dice el bandido a su presa
Es más hereje el que reza
Los viejos van a la escuela
Los niños a la rayuela
Ya nadie tiene cabeza.
SRETEN VUJOVIC
Lloramos
en silencio
En
el eterno escenario
Desde la locura y con un fusil miquetele
Aplastados
Por quién
Y en qué batallas
Si durante tanto tiempo
Hemos sido los esclavos
Ante todo
De lo que no es nuestro
