martes, 27 de septiembre de 2022


 

ARTURO CAMACHO RAMÍREZ


 

El día de la muerte

 


Lleno de certidumbres como un muerto
cuyo se ama con la tierra
ando de mar a mar, de puerto a puerto,
pidiendo olvido y perdonando guerra.

Y voy entre sonámbulo y despierto,
hecho a un amor de duelo que me aferra
la voz y oprime su vocablo yerto
como ceniza que al invierno aterra.

El día de mi muerte está en mi mano,
turbia moneda gris, lento pañuelo,
en vez de áurea medalla o vela henchida.

Y yo lo pongo al borde del verano
como un mordiente y trágico señuelo
que enceguezca los ojos de la vida.

 

 

ALBEIRO ARIAS

 

 

Vaivén

Ya estoy grande para juegos.
Christian Peña

 

  

Hay un árbol en mi lejana infancia
en cuyas ramas una cuerda anudada
columpiaba mis días de risa.

Ha pasado un vaivén de años
y no hay un árbol para mi vejez,
acaso el dintel de la puerta
y unas piernas reumáticas
que me impiden balancearme.

Es mejor así.
Con la soga atada en el cuello
ya no es momento para juegos.

 

 


XAVIER PALAU

 

  

Mater

 


No hay corazón que contenga

el mal dejado intacto, se quiebra

en la fuerza del dolor, vacías tardes

no sirven para redimir la vida

que no has dado, el amor perdido,

la respiración lenta de ella esa tarde.

 

 

ANA LUCAS

 

  

Fénix

 

 

Sentada al borde del abismo

viendo objetos caer,

estrellarse y romper la cerámica.

Y yo

contemplando la posibilidad de saltar al vacío

y dejar de ser,

comprobar si vuelvo a nacer,

si visto plumas rojas como el fénix

o si por el contrario

seguiré siempre encadenada al filo

a punto de dejarme caer

sin llegar a hacerlo nunca.

Miedo, animal salvaje,

depredador despiadado;

almas asomándose al acantilado

y garras de sirena trepando hasta alcanzarlas

para arrastrarlas al fondo del océano.

Pero mientras ellas cantan

las almas cierran los ojos

y con la piel erizada

rezan a todos los dioses sin creer en ninguno

y regalan sus manos,

su vista,

su olfato,

sus piernas

para conservar el oído

por no dejar de escuchar la melodía

que predice un desenlace mortal.

 

De: “Oasis”

 

 

DORA ALONSO

 

  

Abril y Mayo

 

 

Abril es un niño rubio
que junta flores y pájaros;
tiene los ojos azules
y va vestido de blanco.

Mayo es un niño aguador
de trigueños pies descalzos.
Abril y Mayo van juntos
agarrados de la mano.

 

DOMINGO ALFONSO

 

  

Poema pop 1967

 

 

Éste es un bombillo eléctrico:
miro su casquete de metal
lleno de surcos y de relieves interminables;
adentro del bulbo los filamentos mágicos,
que alimentados de fuerzas invisibles
deshacen la oscuridad.

Me enfrento al misterio de este ser de cristal,
con la seguridad de que trata de un extraño dios,
creado por los hechiceros de este siglo xx.

  

De: “Historia de una persona”