Ceguera
Mis
dedos recorren los salientes de tus costillas,
con la incertidumbre del visitante,
que salta por las dunas del desierto
de un planeta acabado de descubrir.
Miro
a tus ojos mientras pinzo con mis dedos
la vértebra que te sobresale
al llegar a las carnes de tu estómago.
Pero tú desoyes la fuerza de la mirada,
bajas la vista para someter tus ojos
al imperio del subsuelo.
Sientes
lo imposible que se cruza entre nuestros ojos,
notas cómo tu cuerpo reacciona,
cómo tus venas se inflan,
cómo tu sangre acelera su curso,
cómo el vello se alza de la madriguera del organismo.
Pero
tus ojos sólo ven lo imposible,
ciegos a los sentimientos y sensaciones
que nacen y mueren únicamente,
para el goce de tu cuerpo.
De: “La caricia del fantasma”
No hay comentarios:
Publicar un comentario