Los
bufones de Pría
I do not know much
about gods
T.S. Elliot
Contemplando
estos acantilados pienso en The Dry Salvages. Pienso en ellas sin razón
alguna porque nunca las vi y ver, lo que se dice ver, yo sólo he visto estos.
Son
hermosos, fuertes como el mar que choca, y se alza, y entre las rocas excava su
privado dominio. Pero pienso en Les Dry Salvages y me digo: “Alguna vez
iré”. No sé por qué, pero lo digo.
Quizá
sea el ritmo del viento, el olor a vacas y a heno, el sonido del verso que una
vez usé. Todo eso estaba allí, y estaba antes, lo mismo que yo estoy ahora aquí
y es mi primera vez. Solo que ahora me esfuerzo por ver las cosas como son: las
altas rocas calizas, el lodazal del camino, tu bello rostro, la excitación del
momento.
No
es fácil ver las cosas como son. Las cosas cambian, nosotros cambiamos. Hasta
los acantilados cambian; a otro ritmo, pero cambian.
Todo
esto fue así desde el comienzo.
No
sé mucho sobre dioses o ríos. Tampoco sobre acantilados. Pero esto sí lo sé:
iré. Porque he estado yendo y viniendo. Como los acantilados. Como el mar. Como
las nubes. Como las vacas.
Desde
un principio. Yendo y viniendo.
Alguien
debería saberlo. Yo, francamente, no.
De:
“Carta de ajuste”
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