La creación
Tú y
yo
inauguramos con nuestros pies la tierra.
Hubo
de ser durante el sueño:
el despertar, estabas tú, la esposa,
entre los brazos, nada más…
Me
acuerdo del principio…
Todo era como el humo
y sucedía que solamente había frío.
Algunos
se atrevían a decir en voz muy baja
¿Por qué no traéis pájaros?
Fue
entonces
cuando tú ayudaste a las estrellas
y a las palomas, entre otras cosas,
a nacer.
Oh,
tú, la vigilante de las flores,
jardinera del mundo…
por el cuidado de tus manos
todo fue entonces agradable a los ojos.
Y
comenzó a amanecer.
Entonces,
simplemente, el corazón se regocijó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario