El Greco: Espolio
El
carpintero está concentrado en la presión de su mano
en
el punzón y en el truco de dirigir su fuerza
a
través del punzón hacia la madera, que es dura.
No
tiene ningún esfuerzo que escatimar en despojos
ni
en preocuparse de si lo cortarán en los dados.
Su
habilidad es vital para la escena y la seguridad del estado.
Cualquiera
puede realizar las indignidades. Son sus brazos duros
y su
habilidad los que atraen las miradas de las mujeres del convicto.
Está
el problema de conseguir los agujeros exactos
(en
medio de esta multitud que se da codazos)
y lo
suficientemente profundos como para sostener los picos
después
de que se hayan hundido en esos pies descalzos
y
muñecas inadecuadas que sabe que lo esperan detrás de él.
Tal
vez no sienta que una de las manos
se
sostiene en un gesto curioso sobre él –
¿dando
o pidiendo perdón? -
pero
apenas se tomaría el tiempo para desconcertarse por las poses.
Los
criminales son de todo tipo,
como
cualquiera sabe, quienes hacen cruces
son
tan locos o cuerdos como los que deciden sus asesinatos.
Al
menos nuestro uno ha estado callado hasta ahora,
aunque
dicen que se metió en este problema
hijo
de carpintero que tiene nociones de predicación
Bueno,
aquí hay un hijo de carpintero que tendrá hijos carpinteros
si
Dios quiere y construirá lo que se quiera
templos
o mesas pesebres o cruces
y
les dará forma decentemente
trabajando
solo en esa abstracción firme y profunda
que
borra los gritos de los traperos
Construir
con las manos el peso de la rodilla el muslo reforzado
mantiene
la espalda alejada de la muerte
Pero
ahora es demasiado tarde para que el otro hijo del carpintero
regrese
a esta paz antes de que se claven los clavos
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