Ser palabra
Entonces,
en la palabra no tengo edad,
no tengo más ni tengo menos,
ni piel ni hueso abierto,
no pliegues ni arrugas,
no altura ni pequeñez,
no profundidad ni superficie,
nada de vastedad ni angostura,
menos herida ni meollo
que resientan al firmamento.
Sólo soy un atisbo, un resuello,
un respiro, apenas un asomo
sobre lo que nunca será dicho
ni tampoco pensado.
La
música me oye, me arruga,
me deshoja, sólo crujidos
y un temblor enjuto rezuman de mis dientes.
Esa flauta mutilada, la sirena
de las horas anunciando
lo que no saben o ya no entienden,
termitas al vapor y la nota aupada
en la ventana. Una palabra, todas
las palabras, alguna,
ninguna, nada de mí
oye la música
cuando aún respiro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario