No
te espero en la asediada Ítaca,
no te busco en la soleada Thebe.
Más cerca, más cerca
con los dedos roza el velo oscuro.
Al igual que el infante toca y conoce
tus manos que señalan
los colores del verano.
En el contrapunto vocal
que quema y corroe
acércate y dime
sé lo que has perdido regresa
y siembra las nuevas estaciones,
como la semilla que muere por el fruto.
De: “Il pudore dei gelsomini”
Versión de Carlos
Sánchez
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