El
sol rompe en el valle
la música del éter
y se oyen las esquilas
de un rebaño invisible,
un súbito fulgor
más real que tú mismo.
Hace
frío en la cumbre
de nieve coronada.
Y
desciendes
pensando en el alivio
del teatro de sombras
y el fuego en el hogar.
Nunca
sabrás
lo que perdiste arriba.
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